A pesar del conocimiento generado hasta ahora sobre la amibiasis, como los factores de riesgo, las características del parásito que la provoca y las formas de tratarla, aún hay varias incógnitas en torno a esta enfermedad que desde la época de la Colonia causa graves problemas a la salud de un gran número de mexicanos.
¿Por qué México tiene una incidencia alta de infecciones y re-infecciones cuando nuestras condiciones socioeconómicas y demográficas son semejantes a las de algunos países latinoamericanos, asiáticos y africanos en donde no existe la enfermedad?, es una de las preguntas que se formulan en el número más reciente de la revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En la edición correspondiente a abril-junio de 2013, escribien especialistas que abordan la amibiasis desde diferentes aspectos, como el artículo de Adolfo Martínez Palomo que aborda los antecedentes de esta patología en México, el conocimiento actual y los desafíos para controlarla y erradicarla, con el objetivo de alertar al lector sobre esta enfermedad aún vigente en el país.
“Aunque hoy se sabe que son 13 los estados de la República que muestran las tasas más altas de morbilidad para amibiasis intestinal y hepática, se sigue sin generar información precisa sobre la prevalencia de esta enfermedad a nivel nacional”, advierte Cecilia Ximénez y sus colaboradores en el artículo: “¿Es la amibiasis un problema de salud pública?”
Por su parte, Mineko Shibayama y Víctor Tsutsumi auguran en su texto “Patología de la amibiasis: factores y causas” que los estudios recientes sobre la evolución de la Entamoeba histolytica (nombre científico del parásito) y la organización de su genoma durante la infección, “serán muy importantes para comprender mejor la enfermedad amibiana y contar con mejores técnicas diagnósticas, métodos terapéuticos y estrategias para su control”.
En su texto, Bibiana Chávez Munguía y Arturo González Robles, examinan con detalle la estructura microscópica del parásito y Miguel A. Vargas la información genética en el ácido desoxirribonucléico de la Entamoeba.
Respecto a otros temas, en la sección Comunicaciones libres de la revista, Miguel Hurtado escribe sobre qué son los ácidos grasos omega-3 y las grasas trans, y cuáles son sus efectos sobre la salud.
Mientras, Karlen Gazarian examina la importancia de células troncales pluripotenciales inducidas, cuyo estudio dio lugar al Premio Nobel en medicina en el 2012. “Ello abre la posibilidad de que enfermedades como la diabetes, la artritis degenerativa o algunas enfermedades cardiacas, por citar sólo unas pocas, puedan ser corregidas tras la reprogramación de células somáticas del mismo paciente, y de que aun el cáncer pueda ser combatido utilizando estrategias similares”, comenta Miguel Pérez de la Mora en el editorial.