Esta estrategia es empleada por el Grupo de Diseño para el Bienestar de la Facultad de Ingeniería de la UNAM para desarrollar prótesis, sillas de ruedas, andaderas, órtesis y sockets para muñón.
Desde hace cinco años el Grupo de Diseño para el Bienestar, de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, aplica la Teoría para Resolver Problemas de Inventiva (TRIZ, por su acrónimo en ruso) para desarrollar productos que eleven la calidad de vida de adultos mayores y personas en rehabilitación por algún impedimento motriz.
A partir de esta herramienta creada por Genrich Altshuller, el Centro de Diseño Mecánico e Innovación Tecnológica (CDMIT) de la entidad universitaria diseña prótesis, sillas de ruedas, andaderas, órtesis, sockets para muñón y dispositivos económicos que ayudarán a las personas en su día a día.
En México, empresas extranjeras venden ese tipo de productos que son buenos, pero caros. Por eso, el Grupo de Diseño para el Bienestar del CDMIT busca desarrollar, en el mediano plazo, alternativas accesibles que doten de autonomía a la población que las requiera.
TRIZ “nos ha permitido enfocar los esfuerzos creativos en soluciones ya probadas y en resolver contradicciones. Si hay un problema que plantea obstáculos, resolverlos genera innovaciones”.
Para ejemplificar este principio tomemos una andadera ligera para adultos mayores, indicó Espinosa. “Podríamos agregar algún mecanismo para subir y bajar escaleras, pero esta mejora implica sumar peso. Para resolver esta contradicción debemos buscar opciones de manera innovadora”.
La matriz de contradicciones generada por Altshuller comprende 40 principios de solución que identificó al estudiar 200 mil patentes. Tras analizar cómo resolvieron otros problemas, este hombre que en 1994 publicó el libro And suddenly the inventor appeared, bajo el seudónimo de Henry Altov, concluyó que “cualquier inconveniente ya fue resuelto antes por alguien más. Lo que sigue es ver cómo lo hizo y adaptar el procedimiento a la interrogante actual”.
Este método, aplicado por el grupo, ha servido para abordar todo problema de ingeniería, explicó Adrián Espinosa. Por ejemplo, bajo la tutela de las maestras Itzel Flores Luna y Hanna García se desarrollan sockets (piezas cilíndricas que alojan al muñón) para pierna y brazo. Se busca que sean universales (tallas chica, mediana y grande), ajustables a partir de sensores (sin necesidad de medias) y que mantengan cierta presión del muñón, sin importar si la persona adelgaza o engorda por enfermedad, comer demasiado o retención de líquidos.
Espinosa y sus tesistas trabajan en una andadera y una silla de ruedas geriátricas. “Mecánicamente son un reto mayor por el peso que se le puede aumentar, que no debe ser mucho, para que el adulto mayor transporte su silla y andadera, además de subir y bajar escaleras”.
El diseño de la silla, dijo, debe permitir diversas posiciones a fin de que el usuario, que pasa mucho tiempo sentado, esté lo más cómodo posible y evite tanto llagas como cansancio. De los sockets ya se desarrollaron prototipos y en el corto plazo podrían ser productos y ponerse a la venta, agregó.
Dos tesistas más, bajo tutela de Espinosa, trabajan en prótesis de discos intervertebrales. Como en el mundo no hay claridad en los criterios de diseño para que sean lo más naturales posible (se ha laborado con base en prueba y error), Epifanio Vargas (doctorado) analiza los aspectos que deben cumplirse.
No sólo deben quitar el dolor, sino ser fáciles de insertar en cirugías potencialmente riesgosas. No sólo se piensa en una mejor calidad de vida del paciente, sino en reducir la probabilidad de fallos en una operación invasora y complicada.
Dafne Arellano (maestría) realiza una valoración comparativa de opciones comerciales. Como no se tiene acceso a pacientes en los que se pongan y quiten discos intervertebrales, se hacen pruebas de manera virtual. Con los resultados obtenidos por Dafne, Epifanio sabrá qué criterio cumplir para un mejor diseño.
Del mismo grupo, pero dirigidos por Jesús Manuel Dorador, otros tesistas trabajan en la detección de señales mioeléctricas para un mejor control de la prótesis. Otro dispositivo en desarrollo es una órtesis para personas con inmovilidad en los dedos porque sufrieron daño en nervios.
Se trabaja también en un bipedestador. Hay pacientes que por problemas de articulaciones y como parte de su terapia necesitan estar parados; este artefacto ayuda a fortalecer piernas y a mantenerse de pie. Se trata de una propuesta en etapa inicial.
En países desarrollados como Estados Unidos hay dispositivos para diversos tipos de problemas de movilidad. Por ejemplo, para personas con mal de Parkinson se tiene un aparato que ayuda a llevar la cuchara a la boca con suavidad.
“En México no tenemos artefactos ni investigación para este tipo de casos y eso motiva al Grupo de Diseño para el Bienestar: investigar para solucionar problemas de tipo motriz y de prótesis de mano”.