Una fobia es un trastorno de ansiedad y consiste en un miedo excesivo e irracional hacia un estímulo que puede ser un objeto, situación o cualidad (por ejemplo, arañas, hablar en público, la oscuridad, lugares encerrados o espacios abiertos y muchas otras).
Cuando el objeto fóbico se presenta, la persona muestra una gran ansiedad que puede convertirse en una crisis de angustia.
A pesar de que la persona que sufre de una fobia reconoce que su miedo es injustificado, tiende a evitar en la mayoría de las ocasiones el estímulo fóbico, de tal forma que sus actividades cotidianas y sus relaciones laborales y sociales son afectadas significativamente, dependiendo de cuál sea su fobia específica.
A veces no es necesaria la presencia del estímulo fóbico para que la persona experimente ansiedad, pues basta que ella prevea la posibilidad de que dicho estímulo aparezca. Esto hace que se genere miedo a experimentar la ansiedad cuando el estímulo fóbico esté presente.
Todas las fobias, sin importar cuál sea el estímulo temido, encubren ansiedad.
En muchos de los casos esta ansiedad precede a la fobia, es decir, algo en la vida del individuo le genera angustia. Cuando la angustia no se afronta y se resuelve a través de la verbalización consciente puede provocar una fobia.
El estímulo fóbico sustituye entonces a la causa verdadera de la angustia, haciéndola más fácil de manejar, evitando este estímulo. Sin embargo esto interfiere el desarrollo psicológico de las personas.
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