La instalación de la FM es la única del país con Ciclotrón para hacer radionúclidos; Laboratorio de Radiofarmacia para producir radiofármacos; MicroPET para estudios pre-clínicos en roedores, y PET-CT para análisis clínicos en humanos, dijo Miguel Ángel Ávila, responsable del ciclotrón, radiofarmacia y microPET
Especializada en producir radiofármacos y realizar con ellos investigaciones y diagnósticos que unen imágenes anatómicas y funcionales para conocer in vivo la actividad y pronóstico de enfermedades tumorales, cardiacas y neurológicas, la Unidad PET-CT de la UNAM ha iniciado la modificación de sus instalaciones en la Facultad de Medicina (FM), para ampliar sus servicios de investigación básica y análisis clínicos.
El responsable del área de producción e investigación pre-clínica, Miguel Ángel Ávila Rodríguez, indicó que los equipos sustanciales de la instalación son dos tomógrafos por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés), uno para diagnósticos en humanos y otro miniatura para trabajo experimental con roedores, así como dos laboratorios donde se generan los materiales radioactivos y radiofármacos, que sirven de guía a estas tecnologías.
“Somos el único centro en México con las cuatro áreas: Ciclotrón, para generar los radionúclidos; Laboratorio de Radiofarmacia, para hacer los radiofármacos y el control de calidad de los mismos; MicroPET, para estudios pre-clínicos en roedores, y PET-CT, para hacer análisis clínicos en humanos”, resumió Ávila Rodríguez, doctor en física médica.
Imagenología molecular
La tomografía por emisión de positrones (PET) es una técnica de imágenes de medicina nuclear establecida en la UNAM desde 2001, fundamental para el diagnóstico, in vivo y no invasivo, de padecimientos como cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurológicas, entre ellas, Alzheimer y Parkinson.
Es una modalidad de la imagenología molecular, basada en la administración de cantidades pequeñas de fármacos marcados con emisores de positrones y en la subsecuente detección de radiación para obtener imágenes (llamadas tomográficas) que reflejan la distribución del radiofármaco en el paciente.
“El equipo PET-CT significa que se cuenta con una tecnología híbrida, formada por el PET, que produce imágenes funcionales, y el CT, que mediante rayos X genera imágenes anatómicas, que después vemos juntas”, explicó Ávila.
El desarrollo de nuevos radiofármacos para PET requiere de un método para verificar que éstos siguen las rutas metabólicas de interés, que su vida media biológica es suficiente para la realización de un estudio, que no tienen efectos adversos, y que es viable para estudios en pacientes.
El desarrollo de equipos de microtomografía por emisión de positrones (MicroPET), dedicados a estudiar animales de laboratorio (especialmente roedores), ha permitido a los expertos realizar pruebas antes de su aplicación clínica en humanos.
Una docena de radiofármacos
Actualmente, la Unidad PET-CT produce 11 radiofármacos. Ocho se utilizan de manera rutinaria para estudios clínicos, mayoritariamente de cáncer; tres sirven para aplicaciones neurológicas, aunque actualmente están disponibles solamente para protocolos de investigación, y uno más está en proceso de implementarse para realizar diagnósticos de diversas enfermedades infecciosas.
“Además de los radionúclidos que producimos en el Ciclotrón, debido a la vida media tan corta de éstos, la Facultad de Medicina adquirió un generador de germanio 68-galio 68, un par “padre-hija”, donde el germanio 68 es el padre, con una vida media de 270 días, que al momento de decaer lo hace en galio 68, que es la hija, otro material radioactivo, con una vida media de 68 minutos”, detalló.
Con este generador los expertos obtienen galio sin necesidad de utilizar el Ciclotrón, al pasar al generador una solución que lo remueve selectivamente y conserva el germanio.
“Esto es importante porque hay radiofármacos que marcamos con galio 68, como los análogos de somatostatina, que evalúan cánceres de origen neuroendócrino, y no lo podíamos hacer con los radionúclidos convencionales que producimos en el Ciclotrón”, comentó.
Desde febrero pasado, este radiofármaco se utiliza para diagnosticar tumores. “Ya se han realizado más de 30 estudios a pacientes, y estamos en pruebas con otro que usa citrato de galio para diagnosticar procesos de infección”, acotó.
También tienen uno para evaluar la perfusión cardiaca, y otro para aplicaciones neurológicas, pero este último aún está en fase experimental. “La Unidad tiene un potencial enorme todavía para producir más”, adelantó el también responsable del ciclotrón, radiofarmacia y microPET
De los radiofármacos que se producen, 40 por ciento se utilizan en la UNAM, el otro 60 por ciento es para usuarios externos, como el Instituto Nacional de Cancerología (que consume entre 30 y 35 por ciento de la demanda) y otras instituciones públicas y privadas, como el Hospital de Marina y el Central Militar, CT Scanner, Médica Sur y el Hospital ABC.
“Las modificaciones actuales a la Unidad, que en su conjunto tiene 12 años, son para responder a las regulaciones de la COFEPRIS, para cumplir con las buenas prácticas de fabricación. El pasado 9 de abril entró en vigor una nueva Norma Oficial Mexicana (NOM) de buenas prácticas al respecto, para aquellos establecimientos que fabricamos dispositivos médicos, como los radiofármacos, catalogados como agentes diagnósticos”, dijo.
MicroPET y radiofármacos para neurología
El MicroPET, que llegó a la Unidad en 2007, se utiliza para estudios pre-clínicos de los radiofármacos que se producen. “Este equipo se reubicó en un edificio contiguo, a 200 metros de la Unidad, en la planta baja del edificio A de la FM, a lado del bioterio. Ahora tiene un espacio propio, pero vecino, pues hay productos que tienen una vida muy corta, de 10 minutos el nitrógeno 13, y de 20 minutos el carbono 11”, indicó Ávila.
En su nueva instalación, el MicroPET está disponible para que científicos de la Universidad Nacional y externos puedan emplearlo en sus protocolos de investigación.
“La mayor aplicación que hacemos actualmente en el MicroPET son los radiofármacos para neurología, un estudio inédito en México. Estamos enfocados en estudiar el sistema dopaminérgico, que produce y utiliza la dopamina, relacionada con enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson y Huntington, que avanzan porque nuestra esperanza de vida es mayor”, finalizó Ávila.