Ajo: Contiene numerosos compuestos con azufre, que activan las enzimas hepáticas responsables del lavado de las toxinas del cuerpo, así como la alicina y selenio, dos nutrientes potentes que ayudan a proteger el hígado del daño tóxico.
Pomelo: Rico en vitamina C natural y antioxidantes, dos potentes limpiadores del hígado, contiene compuestos que estimulan la producción de enzimas para la desintoxicación del hígado.
Té Verde: Esta maravilla antioxidante está cargada con catequinas, sustancias que eliminan la acumulación de grasa en el hígado y promueven la correcta función hepática. El té verde protege al hígado contra las toxinas que de otro modo se acumularían y causarían graves daños.
Hojas verdes: Los vegetales de hojas verdes, como la rúcula, la achicoria, la lechuga, las hojas de diente de león o la espinaca contienen compuestos de limpieza que neutralizan los metales pesados, que pueden obstruir el hígado y dañar el cerebro. Aumentan la producción y el flujo de bilis. Comer verduras frescas es mejor que ingerir suplementos dietarios.
Aguacate: Ayuda a construir la resistencia del sistema inmunológico. Es esencial para aumentar los linfocitos (células inmunes) que producen anticuerpos. Protege el hígado contra la sobrecarga tóxica, y aumenta su poder de limpieza. Un estudio financiado por Monbu-syo (Ministerio de Educación de Japón) demostró que los aguacates contienen cinco componentes activos en la reducción de daños hepáticos.
Nueces: Contienen altos niveles del aminoácido L-arginina, y ácidos grasos omega-3, que ayudan a desintoxicar el hígado. Contribuyen en la oxigenación de la sangre.
Cúrcuma: Uno de los alimentos más potentes para el mantenimiento de la salud del hígado. Se ha demostrado que la cúrcuma protege al hígado del daño tóxico y regenera las células dañadas. La cúrcuma aumenta la producción de bilis, y mejora la función global de la vesícula.