Hornea, asa o hierve en vez de freír, capear o empanizar.

Cocina los frijoles y el arroz sin manteca, tocino u otros embutidos con alto contenido de grasas.

Usa aceite en aerosol o pequeñas cantidades de aceite vegetal para cocinar.

Prepara las ensaladas con vinagre, limón o aderezos bajos en grasas.

Incluye carnes magras (bajas en grasas) y quita el exceso de grasa visible antes de su consumo. En el caso del pollo elimina la piel.

Disminuye el consumo de carnes procesadas y embutidos (jamón, longaniza, chorizo, mortadela, salchichas salami, etc.)

Prefiere el consumo de lácteos descremados, por su bajo aporte de grasa (yogurt, leche de vaca o de soya, queso panela, queso fresco, queso ricotta o canasto y requesón)