Científicos de México y Estados Unidos demostraron que un fármaco diseñado y comercializado para tratar el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) inhibe la metástasis del cáncer de mama basal, el más agresivo de los cinco subtipos existentes de la enfermedad.
En una investigación conjunta, Marco Antonio Velasco Velázquez, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, y Richard G. Pestell, de la Universidad Thomas Jefferson de Philadelphia, demostraron que el medicamento inhibe la función del receptor CCR5, que participa en la migración de las células de cáncer de mama basal a otros tejidos.
“La mayoría de las pacientes con ese carcinoma mueren por la metástasis, no por el tumor primario, que se puede tratar con cirugía y radioterapia. Este nuevo tratamiento podría complementar a los actuales y detener la propagación”, señaló Velasco, químico farmacobiólogo y doctor en ciencias biomédicas por la UNAM.
Los resultados de la investigación están disponibles en la versión electrónica de la revista Cancer Research, y en tres meses se publicarán en la versión impresa.
Del VIH al cáncer
El CCR5 es un receptor que existe en la membrana de células del sistema inmune. A mitad de la década de 1980, se descubrió en una subpoblación de África que carece de ese receptor y no es susceptible de ser infectada por cierta cepa del VIH.
“Se identificó que tiene mutado el gen que codifica para ese receptor, que es particularmente importante para que el VIH entre a la célula que infecta (el linfocito CD4) y, una vez ahí, pueda proliferar para producir el SIDA”, explicó Velasco, adscrito al Departamento de Farmacología de la FM.
Tras ese descubrimiento, durante la década de 1990, se crearon fármacos que bloquean la actividad del CCR5. “En mi laboratorio, por más de 10 años estudiamos cómo los tumores se mueven del sitio de origen a otros tejidos, es decir, cómo ocurre ese proceso llamado metástasis. Así que comenzamos a indagar la función de este tipo de receptores”, señaló.
En el mercado no existe ningún medicamento que modifique el proceso de propagación, todos están enfocados a terminar con las células enfermas. “Si éstas mueren es menos probable que lleguen a otros tejidos, pero el inconveniente es que los tratamientos actuales no las eliminan al 100 por ciento de las células, y con una población residual que sea capaz de migrar a otros tejidos, vamos a tener metástasis”, indicó.
Este es un problema de salud pública grave para el que no existen alternativas terapéuticas. Por ello, en su laboratorio de la FM el investigador estudia cómo ocurre ese proceso, pues busca identificar blancos terapéuticos que se puedan inhibir para detener la expansión.
Trabajo experimental
En su trabajo experimental, realizado entre 2009 y 2011, Velasco y Pestell se preguntaron si el receptor CCR5 juega un papel en la biología del cáncer de mama.
“Utilizamos estrategias bioinformáticas y analizamos bases de datos públicas que tienen información de microarreglos, que describen cómo es la expresión de miles moléculas en el padecimiento. Identificamos que el CCR5 juega un papel importante en la metástasis de dos subtipos de ese cáncer, el basal y el HER-2, mientras que no participa en otros tres (llamados Luminal A, Luminal B y Parecido a normal).
“En la clínica, estos dos subtipos son los más agresivos y los que más rápidamente forman metástasis. Por ello, las pacientes fallecen con mayor rapidez. En el subtipo basal no existe una terapia eficiente, pues las actuales atacan moléculas que ese subtipo no expresa. Nos enfocamos en el basal, pues sabíamos que expresaba el CCR5”.
En su experimento, utilizaron dos líneas de trabajo: células cancerosas humanas en cultivo y ratones deficientes en su sistema inmune, a los que les implantaron células humanas cancerosas. En ambos casos, el objetivo era demostrar que el receptor es importante en la metástasis, y que la inhibición farmacológica bloquea ese proceso.
En el momento que los roedores recibieron los medicamentos de CCR5, la expansión metastásica fue mucho menor, se retrasó en el tiempo y los tumores originados fueron más pequeños, relató.
Al trasladarlo a pacientes humanas, no habría metástasis y el tumor primario podría tratarse de forma local con cirugía y radioterapia.
“Se podrían combinar las otras estrategias que ya existen con la administración de este fármaco y así procurar erradicar el foco tumoral y disminuir la probabilidad de propagación”, señaló.
Actualmente, los investigadores están en charlas con la empresa farmacéutica (Pfizer) que produce el medicamento contra el VIH para planear un ensayo clínico y, demostrar que en humanos también se detiene la metástasis.