La razón de cómo interactuamos con todo lo que nos rodea está en las células que componen nuestro sistema nervioso, las cuales por sí solas no generan pensamientos pues ellas sólo reciben y transmiten señales eléctricas; es hasta que todas las neuronas interactúan y se coordinan que se produce una acción.
Así, la función del sistema nervioso consiste básicamente en la captación de señales donde un estímulo produce una respuesta.
En el camino para entender cómo se regulan estas señales eléctricas en el sistema nervioso, se ha encontrado que hay algunas señales que conducen a la excitación neuronal y otras a la inhibición.
“Muchas veces consideramos que el sistema nervioso se mantiene en constante excitación, pero esto no es así, el control inhibitorio es fundamental porque las alteraciones de éste desencadenan procesos patológicos como los estados epilépticos”, explicó el doctor Ataúlfo Martínez Torres del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ese control inhibitorio está dado en parte por una sustancia química: el ácido gama amino butírico (GABA) que es un aminoácido que se encuentra en el cerebro, y es uno de los mayores neurotransmisores inhibitorios, pues bloquea el encendido neuronal. Para que el GABA ejerza sus efectos sobre las células nerviosas necesita primero asociarse con sitios expecíficos en la cubierta o membrana celular a los que se denomina receptores. Recientemente el estudio de los receptores a esta sustancia ha adquirido importancia por su papel en el origen de la ansiedad y otras alteraciones psiquiátricas.
Estos receptores son moléculas en la membrana celular afines al GABA, que conforman toda una familia de aminoácidos a la que pertenecen también los receptores GABArho, que se encuentran en abundancia en la retina del ojo, y son importantes para regular los mensajes neuronales a lo largo de la vía visual.
“Hasta años más recientes localizamos la presencia de receptores GABArho en varias áreas del cerebro, incluyendo el hipocampo, la amígdala y el cerebelo y que se pensaba sólo existían en la retina; además, de manera interesante nos dimos cuenta que los receptores se encuentran en neuronas, pero también los localizamos en astrocitos, que forman parte del sistema glial del cerebro”, dijo el también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Para el estudio tanto de la estructura como de la función de los receptores GABArho el investigador y su grupo utilizan una técnica que consiste en expresar proteínas provenientes de células del sistema nervioso en óvulos de rana, lo cual se logra mediante la inyección del ARN (ácido ribonucleico) mensajero de las células del cerebro –el material que lleva la información codificada en nuestro genoma y que es requerida para la síntesis de proteínas en todas nuestras células– para que se sinteticen nuevas proteínas.
A partir de estos estudios se ha encontrado que los receptores GABArho “también están relacionados a procesos de aprendizaje y memoria. Aún nos queda mucho por comprender sobre su papel en las células gliales, que a pesar de ser consideradas básicamente células de sostén del tejido nervioso, existe una dependencia funcional muy importante entre neuronas y células gliales pues estas permiten la comunicación y la integración de las redes neurales. Además, estamos analizando a estos receptores en otras áreas del cerebro en donde hemos identificado su presencia”, dijo Martínez Torres.
Los estudios acerca de los receptores GABA y sus familias continúan para intentar descifrar qué otras funciones cumplen en nuestro cerebro.