Si una mujer consume drogas durante el embarazo, puede dañar seriamente a su bebé. Lo más común es el síndrome de alcoholismo fetal, que en México es la principal causa de retraso mental; sin embargo, no hay una sola campaña para prevenirlo, advirtió Martha Romero Mendoza, de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

La también integrante del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, explicó que ese síndrome ocurre en uno o dos de cada mil nacimientos. En ese estado no se deben utilizar sustancias, menos en el primer trimestre, incluso desde que se planea tener un bebé, porque no hay dosis segura.

“Se dice que la madre puede tomar tepache, pulque, o cerveza para tener más leche, pero no es cierto. El pequeño se queda dormido, pero porque está bajo los efectos del alcohol”, aclaró.

Romero Mendoza comentó que a diferencia de lo que antes se pensaba, se ha demostrado que el consumo del progenitor contribuye a la teratogénesis (malformaciones). Por ello, insistió que quienes planean tener un hijo sano no deben beber, tanto la madre como el padre.

Otros problemas que podrían presentarse son el trastorno de déficit de atención (en 40 por ciento de los casos ocasionados por el consumo de la madre), de aprendizaje y lenguaje, desajustes sensoriales, daño cerebral y epilepsia.

Las mujeres que llevan a cabo esa práctica generalmente están desnutridas y no acuden a los centros de cuidado prenatal. En Estados Unidos, cinco por ciento de las embarazadas usa drogas ilícitas, y 19 por ciento alcohol. En México no existen datos, sostuvo en el seminario Adicciones: un problema de salud pública en México.

La universitaria indicó que el alcohol continúa como el problema más grave entre varones, pero en la última Encuesta Nacional de Adicciones se comprobó que las jóvenes beben a la par que ellos, y que hay delegaciones del DF donde, incluso, lo hacen en mayor medida.

Otro inconveniente es la falta de neonatólogos, pediatras y ginecólogos especializados en la atención de bebés que nacen de mujeres con problemas de adicciones.

Cocaína y marihuana

En cuanto a la cocaína, indicó que es un estimulante que puede causar infartos; en una embarazada provoca que el corazón no funcione de manera adecuada; además, puede producir muerte fetal intrauterina. En un estudio realizado por la experta durante seis años en reclusorios, con 213 usuarias de drogas, nacieron tres bebés adictos; todos murieron.

Los que sobreviven, con bajo peso al nacer, tienen síndrome de supresión manifestado, porque no dejan de llorar durante días o semanas; de igual manera, pueden presentar defectos congénitos y trombosis.

Otras drogas, como la mariguana o el tabaco, pueden ser causa de partos prematuros y bebés pequeños, indicó Romero Mendoza. Estas sustancias, junto con la cocaína y el alcohol, son las favoritas entre la población joven de México.

Además, sustancias como la cocaína desparecen el ciclo menstrual, pero no la fertilidad; entonces, la mujer puede no darse cuenta del embarazo, hasta que pasaron varios meses, lapso en el que el consumo continuó, y no recibió atención médica, con los riesgos que ello implica, finalizó Romero.