Si eres de las personas a las que les truenan las rodillas constantemente, pero sin razón clínica aparente, seguramente tienes problemas en tus articulaciones a causa del sedentarismo de tu vida cotidiana.
No importa que tengamos 30, 40 o 60 años. Son muchas las personas que padecen problemas de rodillas tras sufrir alguna lesión, o por el típico desgaste asociado a la edad.
Las rodillas son las encargadas de soportar nuestro peso cuando estamos de pie, y son las que nos permiten flexionar y extender las piernas, si sufrimos de dolores leves, nuestros movimientos se vuelven obsoletos. Por esa razón, es importante que comiences a activarte y realizar ejercicios, con la finalidad de mejorar tu flexibilidad.
Los expertos en medicina del deporte nos indican que los problemas de rodillas suelen estar asociados a nuestros hábitos de vida, a diversas enfermedades como puede ser la artritis o la osteoporosis, al sedentarismo y, en ocasiones, también al género.
Las rodillas son máquinas de precisión que van sintiendo el paso de los años y que debemos cuidar cada día. ¿De qué forma? Mediante una adecuada alimentación y un ejercicio físico moderado que cuide su movilidad sin forzarlas.
La activación física es una necesidad, no una moda o pose
No necesitar hacer una rutina de medio día para evitar el dolor de rodillas, lo que necesitas es determinación para activarte a continuación te presentamos algunas actividades con muchos beneficios para tu salud:
Natación, en especial en la modalidad de espalda.
La bicicleta elíptica (ojo, siempre de forma moderada. Indicarte también que el pasear en bici no será adecuado en estos casos, aunque los médicos del deporte nos señalan que podemos hacerlo, siempre y cuando subamos el asiento para que las rodillas no se sobrecarguen).
Caminatas largas, ahorra en transporte y recorre distancias a pie.
Pero si quieres prevenir o realizar ejercicios desde la comodidad de tu hogar, mientras escuchas música o ves tu telenovela, te presentamos una opción más dinámica:
1. Sentadillas contra la pared
Colócate de espaldas a la pared, con una pelota situada justo en el hueco de tu espalda; sitúa tus manos detrás de la nuca y ponte de puntillas y aguanta en esta posición 10 segundos. Descansa y vuelve a repetirlo 5 veces.
Ahora, en la misma posición, con la espalda pegada a la pared, empieza a agacharte hasta que tus piernas formen un ángulo de 90 grados. Después, vuelve a subir. Repítelo 5 veces. ¡Muy fácil!
2. Zancadas suaves (sentadilla-zancada)
Deberás ponerte de pie y, después, alargar una de las piernas para dar una zancada. Tras esta zancada doblaremos la rodilla, pero acompañándonos siempre de la pelvis, para que el movimiento sea suave y armónico y no te ocasione sufrimiento.
Cambia ahora de pierna y repite el ejercicio 5 veces.
3. Colocar un peso
En las tiendas de deporte encontrarás diferentes pesos (o “lastres”) que podemos colocar en los tobillos. ¿La finalidad? Endurecer la articulación de la rodilla y hacer que esté más flexible. Para ello, no tenemos más que sentarnos en una silla, colocar el peso en uno de los tobillos e ir levantando poco a poco. Hazlo durante 5 minutos y, después, cambia de pierna.
Sería muy adecuado que cada día le dedicaras entre 40 minutos y una hora a estos sencillos ejercicios que puedes hacer tranquilamente en casa, además aunque te sientas muy cansado, una vez empezando la rutina y cumpliéndola, sí te sentirás con más energía y tendrás más ánimo de hacer muchas más cosas.