Muchos comentarios, unos en serio, pero los más en tono jocoso, desató el juego de palabras que soltó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera del lunes pasado. He aquí lo que dijo con rostro de incredulidad…
“El voto es la única arma que tiene el pueblo para lograr que las cosas cambien en su beneficio. Por eso, hay que salir a votar todos, todos…
“Nada de que ‘me voy a quedar’, ‘ya voy a ir, ya voy a ir más tarde’, ‘hay mucha gente’, ‘hay mucho calor’, ‘hay mucho sol’, ‘está lloviendo’, y ya se pasó el tiempo y ya no se participó…
“Pero cuidado, cuidado, cuidado, cuidado, con los mapaches que todavía andan por ahí, hay mapaches de pedigrí”…
Sorprendido, un ingenuo reportero grito: “¿De pedigrí?”…
Y López Obrador respondió: “De pedigrí, pero sí sigue habiendo…
“¿Saben que yo tengo tantas anécdotas de eso? De cómo llegaban en las noches, tocaban la puerta —que el miércoles se cierra y ahí empezaban, porque trabajaban de noche— tocaban la puerta e iban a dos cosas: A dar el dinero, a veces hasta la tarjeta, la boleta, que esa boleta la tenían que regresar blanca, marcada.
“O a comprarles, si eran simpatizantes de algún movimiento, le compraban la credencial, pero no para siempre, se las devolvían al segundo día y ya les pagaban, les daban un anticipo. Les quitaban la credencial para que no pudieran votar”…
Lo curioso es que así continuó don Andrés contando anécdotas a sus mañaneros presenciales, pero lo curioso es que al parecer no sabe que esas historias no son solo anécdotas, sino costumbre que no se ha erradicado, pues en estas coyunturas de aproximación electoral están presentes en las todas las colonias de la Ciudad de México…
Y sobre los mapaches de pedigrí, alguien comentó jocoso si se refería al titular de la CFE, que de eso sabe mucho…
Es, pues, tiempo interesante…
¿O no?...