Todo parece indicar que al novel político, pero próspero opinador del momento en diversos medios de información y ferviente defensor de todo lo que huela al presidente Andrés Manuel López Obrador, Gibrán Ramírez Reyes, lo chamaquearon en su aspiración de encaramarse en el liderazgo nacional del partido Morena…
Y lo chamaquearon porque escuchó el canto de sirena que lo mareó con eso de que era el momento de dar ese salto por el aparente apoyo que tiene en los poderosos medios donde colabora de forma inusitada… Pero sin darse cuenta pronto comenzó la metralla de la grilla política que le mandó decir que todavía no era su momento y al final fue detenido al quedar fuera de la carrera con las encuestas que hizo el Instituto Nacional Electoral para sopesar los niveles de representatividad que tienen los aspirantes al mismo cargo morenista… El joven Gibrán imaginó que sus apariciones en medios televisivos lo hacían candidato natural, pero con suma facilidad fue detenido por operadores como Pedro Salmerón y Hernán Gómez Bruera que lo acusaron de manejar ilegalmente dinero público… Y si a esto se suma el magistral manejo de Porfirio Muñoz Ledo, con quien se enfrentó de manera infantil, pues debe entender que una cosa es dedicarse a opinar en los medios y otra saber comer estiércol sin hacer gestos, como se titulan los políticos… Alguien le debe decir que no falta mucho, pero tiene tiempo para aprobar los cursos perversos si quiere incursionar en las grandes ligas de la política y vivir de ella… ¿Lo reflexionará?... Pronto se sabrá…