Crueles expresiones de AMLO
Lamentable posición sembró este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador, sedicente autonombrado padre de una transformación que cada vez más mexicanos no ven, ni mucho menos sienten, por la marcada indiferencia oficial al brutal problema que sufren los habitantes de Chalco, Estado de México.
Como se ha difundido a nivel internacional, las peligrosas inundaciones que padecen las familias de ese sector, vecino del norte de la Ciudad de México, ya se prolonga casi un mes y las fétidas condiciones en que viven se tornan cada vez más dramáticas.
Durante un recorrido de nuestros sabuesos informativos por la zona afectada el fin de semana, se pudo constatar que entre muchos lugareños arrecian sentimientos encontrados desatados por el inquilino de Palacio Nacional, por el desprecio que les inyectó con la expresión que soltó el jueves pasado, cuando dijo que “no acudo a Chalco porque es tiempo de zopilotes y los medios de información me tomarían muchas fotos”.
Pero lo que más dolió, según lo aseguró una madre de familia, es lo que declaró el presidente este lunes en su mañanera, en ocasión del inicio del ciclo escolar: “Un saludo a todos los papás, mamás, y a los niños que van a la escuela, algunos muy contentos y otros no tanto, pero es un día de mucha alegría, de mucha cercanía de padres con madres, con niñas y con niños; y, desde luego, con maestras y maestros, la escuela, que es como el segundo hogar”.
Palabras textuales que produjeron heridas que serán recordadas por estas familias que pasarán a la historia como protagonistas de un capítulo de cruel abandono por el sedicente transformador que tanto presume de querer al pueblo y que durante su sexenio nunca se cansó de gritar a todo pulmón que “primero los pobres”.
Y es que esa frase de que algunos alumnos van muy contentos a la escuela y “otros no tanto”, conllevó artera referencia a los niños de Chalco que sufren la inundación, a pesar de que algunos tienen que dormir entre heces que arrastran las corrientes puercas.