El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo estar muy contento por el despertar de los jóvenes y por la felicidad del pueblo, y con increíble seguridad exclamó que es de los pueblos más felices del mundo.

Y añadió en su mañanera del lunes pasado:

“Acaba de salir una encuesta y la Ciudad de México está, creo, que en el sexto lugar de felicidad.

“Y el libro que estoy escribiendo, que ya va a salir, aprovecho para hacerle promoción, ya va a salir, yo pienso que la primera quincena de febrero; ya es mi último libro, ya no vuelvo a escribir de política, porque me voy a retirar, ya me jubilo, no vuelvo a participar en nada, a partir de que entregue la banda presidencial, pero sí les quiero dejar un libro a los jóvenes, se los voy a dedicar a ellos.

“Tenía yo la posibilidad de escribir nada más lo último del gobierno, porque escribí un libro que se llama A la mitad del camino, de este gobierno, y podía yo terminar con los últimos tres años, pero dije: No, voy a hacer un repaso; aunque ya he escrito, me voy a autoplagiar y refrescar algunas cosas de antes, desde la juventud hasta mi retiro, que les va a servir mucho a los jóvenes.

“Y seguir impulsando las transformaciones, los cambios. Y me voy a ir muy contento porque, la verdad, México es un gran país, es una cosa excepcional, esto que estamos hablando de los valores, o sea, porque nos heredaron nuestros antepasados costumbres, tradiciones excepcionales.

“El pueblo de México es de los pueblos más trabajadores del mundo. Van nuestros paisanos migrantes a Estados Unidos y son los más contratados, los trabajadores de la construcción de México son de los mejores del mundo.

“Entonces, culturalmente es una potencia, México, y es fácil de explicar: lo que pasa que ha sido una civilización con culturas aplastadas por siglos, nos hicieron creer que de Europa nos trajeron la civilización hace 500 años, cuando en México, en lo que hoy es México, florecieron grandes civilizaciones, del siglo III antes de Cristo, con conocimiento de la ciencia, de la astronomía, de las artes, y todo eso se fue heredando de generación en generación.

“Hablaba yo hace unos días de que un buen director de cine cometió el error —yo creo que él no, sino el que elaboró el guion cuando hicieron la película del Infierno— que ponen a unos indígenas zapotecos, o van a buscar a indígenas zapotecos, que porque eran los más desalmados y cortaban cabezas. Eso no es conocer nada absolutamente de la grandeza cultural de México.

“Donde hay más cultura prehispánica, donde se mantienen más las tradiciones, las costumbres, menos violencia, menos violencia. Donde está roto el tejido social, aquí mismo, en la ciudad, cuando yo era jefe de Gobierno de la ciudad, en Milpa Alta, o en Xochimilco, o en Tláhuac, en las delegaciones de los pueblos, prácticamente no había violencia.

“Me acuerdo que, en el 2000 en Milpa Alta, un delito, no homicidio, un delito diario, denunciaban en la agencia del Ministerio Público, una agencia; en cambio, en la Doctores o por aquí cerca, tampoco puedo decir dónde, pero ustedes se imaginarán, donde ya no hay vida comunitaria, donde no hay valores, donde están desintegradas las familias, mucha violencia.

“¿Qué es lo que nosotros tenemos que cuidar hacia adelante?

“Que se mantenga nuestra cultura o nuestras culturas, nuestras tradiciones, costumbres, que no se desintegren las familias, la familia en el concepto amplio y moderno, porque eso es un tesoro que tenemos”.

29/01/2024