A prueba oficios de expiistas guindas
Con apenas tres días de haber iniciado formalmente su trabajo, la 66 Legislatura, dominada por un trabuco de parlamentarios morenistas que en otros años caracterizó al rancio priismo, mostró el músculo político que hereda de aquella historia y se dispone a repetir episodios de mayoriteo para aprobar el primer paquete de leyes que les impuso el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y así, con el apoyo de sus aliados partidistas, PT y PVEM, como también lo hizo el desolado PRI de hoy, Morena aprobó esta madrugada la primera reforma que comienza a desatar crecientes inconformidades sociales.
Se trata de la reforma al Poder Judicial que irrita, no solo a toda la estructura del Poder Judicial, sino a estudiantes de todas las universidades del país, inconformidad que se está extendiendo a otros sectores que no ven con simpatía este proceso, incluso de algunos embajadores como el estadounidense y canadiense.
Así, las calles de las ciudades más importantes se comienzan a llenar de estudiantes de las escuelas que imparten la materia del Derecho, quienes de manera progresiva salen al apoyo de la protesta que se inició en el propio Poder Judicial.
Y otra vez, como en su época lo hizo el devastado tricolor, los morenistas comenzaron a operar para orquestar respuestas de contrapeso, lo se reflejó desde el mediodía de este martes con la aparición de estudiantes que se dicen en pro de la reforma al Poder Judicial.
De esa forma concluyó en la Cámara de Diputados el tercer dia de actividades de la incipiente 66 Legislatura y ahora tocará el turno al Senado de la República someter a votación esta reforma, pero la espectativa está en que Morena solo tiene que aplicar las mismas argucias del abandonado PRI, de donde procede la mayoría de sus actuales y principales militantes, para convencer a solo un panista, priista o de Movimiento Ciudadano, para acompletar los votos que necesita para cumplir la misión ordenada de Palacio Nacional, antes Los Pinos, y de lograrlo, se hará realidad ese capricho y téngase por seguro que desatará más estruendosas inconformidades en las calles, con peligrosas consecuencias sociales.