Verdaderamente dramático
En febrero de 2024, el Senado de la República aprobó un decreto del entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, en el que se ordenaba que un equipo de especialistas forenses de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) apoyara a una excursión militar en
Bocas del Toro, Panamá.
El objetivo era localizar y exhumar los restos de Catarino Garza, general del ejército liberal mexicano, alzado en armas en contra de Porfirio Díaz en 1891, y considerado por López Obrador como un héroe.
- En total, esta operación de búsqueda, que incluyó el uso de tecnología topográfica de avanzada y análisis genéticos a cargo de personal forense de la Fiscalía General de la República (FGR), costó alrededor de 9.5 millones de pesos.
- La inverosímil y costosa tarea a la que se vieron arrastradas la CNB y la FGR contrasta con la falta de presupuesto e inoperancia de las instituciones buscadoras y con el silencio oficial ante el sufrimiento de las víctimas de desaparición y de sus familias.
Tan sólo un par de meses antes, en la comunidad de El Choyudo, Sonora, el colectivo de madres buscadoras de la entidad reportó el hallazgo de 33 fosas clandestinas, con 57 cuerpos. La lideresa del grupo de buscadoras se refirió a la tragedia de la siguiente forma:
“Caminamos sobre un cementerio, pisando a nuestros hijos sin saberlo”
- Ni el gobierno federal, ni la CNB se pronunciaron sobre los hechos, dejando la investigación a cargo de la fiscalía estatal que, a la fecha, continúa sin entregar avances sobre el resultado de sus investigaciones.
- El incidente tiene lugar cuando la desaparición de personas ha adquirido una magnitud descomunal asociada a la expansión del crimen organizado y a las diversas formas de complicidad, participación, aquiescencia u omisión de parte del Estado mexicano.
- El número de personas desaparecidas registradas en los últimos 18 años rebasa por mucho a los registros pertenecientes al periodo de la llamada “guerra sucia” durante los setenta.
6. Si en aquellos años diversos casos pudieron resultar de las acciones gubernamentales de contrainsurgencia, hoy en día se trata de una práctica de terror generalizada entre las organizaciones criminales.