Ooooootra vez

Una vez más se confirmó la gastada e histórica frase que reseña un hecho largamente anunciado y así se cumplió la inocultable imposición de Claudia Sheinbaum Pardo para suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, tanto en el liderazgo nacional de Morena, como en la posición que le permita dar continuidad a la transformación que abandera ese partido.     

Y es que este miércoles llegó a su fin el proceso interno de Morena con la proclamación de Sheinbaum como encargada de dar continuidad a la 4-T.

En los cinco sondeos, Claudia Sheimbaum obtuvo entre 39 y 40% del respaldo, mientras que Ebrard consiguió alrededor del 25%, mientras que Gerardo Fernández Noroña y Adán Augusto López rondaron el 10%, mientras que Manuel Velasco se quedó con un 7% y finalmente Ricardo Monreal quedó en último lugar, con 5%.

Como se esperaba, llegado el momento de dar a conocer el resultado,  Marcelo Ebrard Casaubón no estuvo presente, pues horas antes de produjo el escándalo que manchó un proceso que aparentemente estaba resultado ejemplar, pero que al final concluyó con gritos de “fraude, fraude” y “fuera Delgado, fuera Delgado”, lanzados desde el frente ebradorista.

En respuesta, Alfonso Durazo aseguró que no hubo ninguna incidencia que altere de manera definitiva el resultado del conteo y dijo  que el proceso ofrece garantías y tansparencia.

También se confirmó que la “corcholata” más chafa fue, al final de cuentas, el senador Ricardo Monreal Ávila, al quedar en último lugar en las mediciones, lo que fortalece la versión que desde hace mucho circula en los pasillos morenistas, en el sentido de que ya está considerado expulsado del partido, aunque se empeñe en seguir cobijado en el organismo político.