Rindió protesta entre escándalo y sombrerazos

Si el PRI hubiera votado a favor de la propuesta del líder de los senadores morenistas Ricardo Monreal Ávila, quien aparentó estar de acuerdo en que se volviera a votar la terna en que figuraba Rosario Piedra Ibarra, esta aspirante no se hubiera convertido en presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México.

Pero como los tricolores votaron en contra de lo que proponia su ex correligionario Monreal, con el argumento de que no podían estar de acuerdo con que se repusiera la votación del jueves pasado, los morenistas lograron su objetivo que al final de la sesión, festejaron a rabiar levantando la mano de la nueva ombudsperson y al grito de “sí se pudo” y “vivo se lo llevaron, vivo lo queremos”.

Durante el debate del tema, los priístas insistieron en que si apoyaban a Monreal estarían avalando que hubo un procedimiento ilegal que deslegitimaría al Senado ante el pueblo y por ello, decidieron sumarse a los votos de la bancada morenista para permitir así que Rosario Piedra asuma la presidencia de la CNDH.

La tramposa estrategia de la votación para apoyar o rechazar la propuesta del líder de los senadores morenistas, fue así: 67 votos en contra de que se repitiera la votación, 46 a favor de que se repitiera y nueve abstenciones, lo que fue suficiente para que los legisladores de Morena consolidaran el irregular procedimiento con que la señora Piedra será impuesta en el organismo que defenderá al pueblo.

En cambio, si los 14 senadores del PRI hubieran votado a favor de lo que proponía don Ricardo Monreal, sumados a los del PAN y Movimiento Ciudadano, la votación hubiera quedado con 51 votos en contra de reponer la votación y 60 a favor de reponerla, con lo que doña Rosario habría quedado fuera de toda posibilidad de ascender al histórico cargo que ocupará.

Todo estaba programado por el senador Monreal, pues al término del debate, poco después de las nueve de la noche, se anunció que en el recinto parlamentario estaba presente doña Rosario y se ordenó a varios legisladores que la acompañaran al salón para que rindiera formal protesta.

Y fue cuando se inició la gritería de panista condenando el procedimiento y los morenistas, petistas y verdes celebrando el apabullante triunfo, como lo hacían los tricolores, lo que encendió la irritación y se armó el escándalo con gritos y sombrerazos.

Tanto fue el enojo del senador azul Gustavo Enrique Madero Muñoz, que subió al área de la mesa directiva para intentar evitar que se cantara la victoria morenista, pero fue violentamente interceptado por las senadoras Citlali Hernández Mora y Martha Guerrero y se produjeron los empujones.     

Así, entre ensordecedores gritos, la presidenta de la mesa directiva tuvo que desgañitarse para expresar las palabras oficiales con que Rosario Piedra Ibarra rindió la protesta de ley.

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