En México existen todos los recursos científicos, técnicos, la infraestructura, la capacidad del Sistema Nacional de Salud incluyendo su componente de salud pública que hace la vigilancia epidemiológica, que hace la prevención y el control de infecciones para manejar esta epidemia, aseguró el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.

Aquí sus palabras textuales durante la mañanera de este lunes en Palacio Nacional: “Hemos insistido desde el inicio que de manera formal analizamos si cumplía o no los criterios para hacer considerada una emergencia, y determinamos que no cumple los criterios.

Básicamente una epidemia cuando podría convertirse en una emergencia implica que, o tiene una proporción de gravedad muy alta o tiene una proporción de mortalidad muy alta o afecta a ciertos sectores de la población que pudieran perturbar gravemente la funcionalidad social.

Por ejemplo, el SARS del 2002, que también inició en China, característicamente tenía mortalidades muy altas y había una transmisión muy eficiente en los escenarios de atención de la salud; entonces, puso en riesgo la funcionalidad del Sistema de Salud en China, no en México.

Entonces todo este tipo de criterios corresponde a una disciplina técnica y científica que en el mundo se ha desarrollado por más de 35 años que se llama la seguridad en salud. Y tenemos una serie de reflexiones al respecto, pero insisto, determinamos, concluimos que no hay evidencia que sugiera que esta es una emergencia nacional; no deja de ser una epidemia, por supuesto lo es, como hay muchísimas otras epidemias que ocurren todos los años, en este caso es nueva, pero no representa una amenaza en términos, ni sanitarios ni en términos sociales o económicos.

Ahora, respecto a conseguir una cura, la expectativa natural que todos y todas tenemos en la sociedad es: en cuanto surge una epidemia, una enfermedad emergente uno quisiera tener una vacuna y un tratamiento específico.

Casi siempre las epidemias por coronavirus, por lo menos es lo que ha ocurrido a lo largo de los últimos siete, unos 15 a 20 años, primero se acaba la epidemia por sí misma antes que se logre desarrollar un medicamento o una vacuna, y la razón también está documentada por las ciencias de la salud y la epidemiología en particular.

Este es un virus que puede causar enfermedad y la mayoría de las personas no enferman. Entonces, hay que distinguir infección, que es: adquirir el virus, está en mi organismo, de enfermedad, tengo los síntomas, tengo fiebre, tengo dolor de garganta, tengo tos, etcétera.

La gran mayoría, la gran mayoría es 90 por ciento, se puede infectar sin darse cuenta que se infectó, y ni se acuerda porque nunca tuvo ni fiebre ni dolor de cabeza, ni dolor garganta, ni nada. Estas personas que se infecten desarrollan inmunidad, todavía está en proceso de estudio científico, ha pasado muy poco tiempo, si esta inmunidad es eficiente o no y cuánto dura; pero en general, por la historia de los coronavirus, se puede documentar que la inmunidad es bastante efectiva y generalmente de larga duración.

En el momento que tenemos el inicio de la epidemia todo mundo es susceptible, pero conforme el virus se va propagando, insisto, en la mayoría de las personas sin que se den cuenta, porque no les causa enfermedad, se van volviendo inmunes. En cierta manera es como un proceso de vacunación natural, el virus salvaje, el virus primario va vacunando en cierto sentido o en el mismo sentido que las vacunas va inmunizado a las personas.

En el momento en que se junta suficiente proporción, suficiente porcentaje de personas inmunes, el virus deja de transmitirse porque, si aquí yo me infecto y los que están junto a mí tienen inmunidad, yo ya no les infecto.

Entonces, si hay un susceptible más para allá, hay una barrera que impide que yo transmita. Esto técnicamente se llama inmunidad de rebaño y es característico de cómo se agotan las epidemias.

Y volvemos a decir, también para la población que se preocupa de querer tener un tratamiento, ya el sistema inmune, el sistema de defensas acaba con el virus, lo controla en un periodo de siete a 14 días, el propio sistema inmune elimina al virus y queda resuelta la infección y se queda con anticuerpos, con defensas para posteriores exposiciones al virus”.

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