No se deben satanizar los programas sociales
Es necesario no satanizar los programas sociales y que sus beneficios se entreguen con oportunidad a las familias en pobreza, porque de eso depende su vida, aún en un proceso y veda electoral.
Por ello urgimos a que las elecciones y la ayuda social se manejen de forma independiente, con reglas claras, para no arriesgar a la población y garantizar su bienestar.
Una cosa es el proceso electoral y otra cosa son los programas sociales gubernamentales.
El principal reto es contribuir a que se establezcan reglas claras y nítidas en la entrega de beneficios de los programas sociales, para que no se presten a manipulación ni a uso indebido por ningún funcionario público, en el marco de los comicios.
La distribución de los apoyos gubernamentales no debe ni puede frenarse, sobre todo cuando la vida de muchas familias en pobreza está en juego.
La transparencia se logrará con la aplicación irrestricta de la ley. Cuando algún funcionario público transgreda o haga algo indebido, debe denunciarse para que se proceda legalmente y se sancione con severidad.
Esto es algo que nos preocupa y ocupa, porque si una familia que recibe una despensa para su manutención deja de recibirla, pone en riesgo su sobrevivencia. Esto no puede suceder, a causa de que algún servidor público haya transgredido la ley, y por eso se lastime y violente un derecho.
Lo más importante es fortalecer la conciencia y la cultura democrática en la sociedad, para que los ciudadanos emitan su voto sin coacción y en plena libertad.