Desigualdad y pobreza no se resuelven con la fuerza
Los latinoamericanos siguen siendo pueblos con inmensas necesidades y carencias económicas y sociales, pero se ha aprendido que la desigualdad y la pobreza no se encaran ni se resuelven con la fuerza y la violencia.
Ahora se usa la política integradora, se reconocen los rezagos, se buscan soluciones y rechazan las salidas represivas. Para encontrar solución a las controversias, conflictos y reclamos, el diálogo, el entendimiento y la conciliación son el camino.
Se trata de privilegiar, siempre, el uso de la fuerza de la política y nunca el de la política de la fuerza. Tratándose del sistema político del que se trate, el parlamentarismo es un instrumento indispensable para alcanzar justicia, desarrollo, solución pacífica y política de las controversias.
En México, la innovación en los métodos de la política democrática ha conducido al país a una inédita forma del pacto programático, que ha logrado construir una agenda de reformas en los temas de mayor urgencia e importancia, estableciendo un eje común de prioridades legislativas para transformar al país.
Con el Pacto por México, la fuerza de la política como instrumento de la democracia y del cambio justiciero están en marcha, pues se construyen consensos para impulsar cambios en política, educación, energía, telecomunicaciones y medios electrónicos, finanzas, crédito, justicia, seguridad social y empleo.
El Pacto es una contribución de las distintas corrientes ideológicas y políticas mexicanas al espectro político latinoamericano. En estos cambios que modificarán el rostro de México para siempre, está implícita y explicita la presencia de América Latina.