*Nada duele más que el abuso a un niño o una niña
No hay peor falta, que abusar de un ser indefenso y vulnerable. El maltrato y la explotación infantil constituyen un problema universal, creciente y sumamente alarmante.
Por definición, son los abusos y la desatención de los menores de 18 años. Incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial que causen un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño.
La Convención sobre los Derechos del Niño, es el primer instrumento internacional legalmente vinculante que afirma los derechos humanos para todos los niños y niñas.
México, a partir de la ratificación de dicha Convención, cuenta con un nuevo marco jurídico, que representa un hito para la defensa y garantía de los derechos humanos de los niños, las niñas y los adolescentes.
Pese a ello, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en nuestro país alrededor de 62 por ciento de los niños y niñas han sufrido maltrato en algún momento de su vida.
10 por ciento de los estudiantes han padecido algún tipo de agresión física en la escuela. 16.6 por ciento violencia emocional, y 5.5 por ciento ha sido víctima de violencia sexual.
Sin duda, son cifras reveladoras y por demás preocupantes.
Pero los niños no son cifras.
Las niñas y niños, son seres humanos, pertenecen a la sociedad y representan el futuro de nuestra nación.
Lo que si nos demuestran estas cifras, es una realidad que nos lastima, por los elevados índices de desatención y vulnerabilidad en que vive este sector.
La pobreza, la desnutrición, la falta de atención en materia de salud, el trabajo infantil, la violencia, los rezagos educativos, y dolorosamente el abuso y explotación sexual.
Nos muestran, además, que no hemos sido capaces de garantizarles el pleno acceso y respeto de sus derechos fundamentales.
Que como sociedad, como gobierno y como representantes, hemos fallado en nuestra responsabilidad de cuidarlos y protegerlos.
Tenemos una deuda con nuestras niñas y niños.
Sabemos que necesitamos más y mejores políticas públicas integrales orientadas al desarrollo de la niñez. Que desde un enfoque interdisciplinario y de manera transversal, atienda las diversas realidades y problemas que enfrentan.
Necesitamos mejores leyes, que los protejan, que investiguen y castiguen a los responsables de cometer abusos en su contra.
Sólo así estaremos en el camino de combatir eficazmente el maltrato y abuso que frena su desarrollo social, emocional y psicológico.
Por nuestras niñas, niños y adolescentes, que son el pilar que sostendrá a este México, continuaremos, inagotablemente trabajando a fin de lograr su mayor bienestar, seguridad y desarrollo pleno.