*Imperdonable lo que ocurrió en Sonora

Es imperdonable que la región de Bacanuchi, uno de los municipios más afectados por la contaminación originada por el derrame de la mina Buenavista del Cobre, padezca los embates de la exclusión de recibir el vital líquido.

Dejemos a un lado la impunidad y la corrupción, exijamos cuentas para transparentar el proceso a que se sujetaron las obras que se realizaron en el rancho Pozo Nuevo, donde hoy la cortina de presa ha colapsado así como de las seis concesiones de aprovechamiento subterráneo que se autorizaron a nombre de Guillermo Padrés Dagnino y Miguel Padrés Molina.

La presa del gobernador Padrés pone en evidencia no solamente su voracidad política, sino también su falta de sensibilidad social.

El acumular agua en un estado como Sonora, para la gente que estamos forjados en el desierto nos parece que no solamente es un delito, sino que también demuestra que el gobernador no gobierna para los sonorenses, sino para él mismo y para su familia.