*Diez millones de personas sin acceso a una casa

El derecho a la vivienda se ve gravemente afectado cuando no se garantiza al individuo un ambiente que estimule el esparcimiento, la convivencia, interacción y privacidad con quienes comparte su hogar.

Por ello debemos reconocer la importancia de legislar en materia de dignificación del espacio habitable.

Coincido con las recientes modificaciones a la Ley de Vivienda, se entiende a ésta, más que como un espacio exclusivo de uso inmueble; como un lugar generador de desarrollo social, donde las familias mexicanas logren efectuar actividades de reunión, recreación y descanso.

Esta garantía fundamental implica no sólo el acceso a un espacio con cuatro paredes y un techo, sino que lleva implícito el reconocimiento a un nivel de vida adecuado y la plena satisfacción de condiciones como la disponibilidad de servicios, infraestructura y seguridad.

Es inadmisible que el país cuente aún con diez millones de personas sin acceso a una casa y, aproximadamente 36 millones en ausencia de una vivienda digna, los cuales viven hacinados en asentamientos improvisados con materiales y condiciones precarias.

Si bien debe atenderse la demanda de casa-habitación por parte de la población, los créditos otorgados y pactados con promotores y desarrolladores de vivienda serán conforme a características y condiciones específicas que establezcan las leyes mexicanas, tales como dimensiones mínimas de superficie, altura, ventilación e iluminación natural.