*Necesario abrir espacios para discutir la agenda
El desarrollo del país para las siguientes décadas depende en buena parte del trabajo que tenemos en puerta con las reformas secundarias.
Por ello es necesario que todos aportemos voluntad, tiempo y disposición para entrar al debate de la agenda pendiente en lo que queda del periodo de sesiones y, de requerirse, en la construcción de acuerdos en uno o varios periodos extraordinarios.
Tenemos en agenda las reformas en materia de telecomunicaciones, las de la agenda político-electoral y la energética; sin embargo, el tiempo avanza y cada vez es menos previsible desahogar estos temas antes de que concluya abril.
Requerimos abrir los espacios que se necesiten para dar paso al análisis, discusión y aprobación de los temas.
Considero que ante este escenario y con la trascendencia de estas reformas, no podemos dejar de tener el cuidado necesario que se requiere para su revisión y modificación, ya sea en abril o mayo, en sesiones extraordinarias.
La cuenta regresiva para la conclusión del periodo ordinario no debe ser un elemento de presión que obligue a sacar adelante las reformas sin el análisis que requieren; por el contrario, aunque la Constitución marca la conclusión del periodo en abril, se tendrá que echar mano del tiempo que se necesite para concretar la agenda a la que todos los grupos parlamentarios se han comprometido.
Yo espero y confío en que durante la revisión de los temas los coordinadores parlamentarios, reunidos en la Junta de Coordinación Política, encontrarán la mejor manera de procesar la agenda que tenemos en marcha.
Todos tenemos elementos que aportar a los debates en puerta y será valioso poder contar con opiniones que, más allá de su divergencia, nos permitirán enriquecer la discusión y hacer de la Cámara un foro de debate de ideas.
La Cámara estará lista cuando el Senado avance en las reformas que allá se discuten y que deberán ser ratificadas o modificadas en San Lázaro.
La creación de nuevos marcos jurídicos en temas tan delicados y que marcarán una transformación para el país a mediano y largo plazo, deben ocupar un espacio prioritario de los trabajos parlamentarios, pero eso no implica atarse a los periodos ordinarios; por el contrario, debe ser incentivo que nos lleve a buscar acuerdos en las siguientes semanas, durante abril o, incluso, más allá.