*En riesgo los ingresos de la Federación
La situación de volatilidad que existe sobre las finanzas públicas, derivado de la caída de los precios del petróleo, ha roto las expectativas económicas para este año, así como las inversiones privadas que se dirigirían al sector petrolero.
El haber previsto un precio de 79 dólares en el Decreto de Ley de Ingresos para el ejercicio 2015, el cual ha descendido a menos de 40 dólares, ha puesto en riesgo los ingresos de la Federación lo que impactará, como se ha reconocido por los propios responsables de la Hacienda Pública, en el gasto público.
Y como lo advertimos hace unos días, serán los impuestos de los contribuyentes mexicanos los que compensen -como lo han venido haciendo- el desequilibrio de las finanzas federales.
En suma, los funcionarios de Hacienda que comparecieron ante el Congreso de la Unión nos dieron la razón: serán los mexicanos, otra vez, los que paguen los malos cálculos en las proyecciones financieras. El propio titular del Ejecutivo, incluso, celebró el que haya más ciudadanos cautivos que rindan su tributo al fisco.
Por el contrario, la Federación, incluidos los estados, continúan con un gasto suntuoso y de dispendio de los recursos públicos, como lo ejemplifica la irracional autopromoción de los gobernadores.
El gobierno sigue teniendo la chequera abierta a su favor; no prevé reducciones que disminuyan el alto costo que significa para el erario la burocracia, no baja el salario de los altos funcionarios y ministros, así como tampoco están previendo instrumentar programas de austeridad.
Antes bien el gasto desproporcionado de más de 6 millones de pesos diarios en publicidad gubernamental y el regalo de miles de televisores con el sello más que visible de Mover a México.
Incluso, ahora anuncian que implementarán una estrategia publicitaria que comunique supuestamente que las coberturas del petróleo aseguran la baja en el precio del petróleo. Pero no será así, pues serán los impuestos de los mexicanos los que cubran los recursos económicos faltantes.
Una de las reformas estructurales del gobierno federal, la que cambió el marco constitucional para que inversores nacionales y extranjeros participen en el sector de hidrocarburos, se ha roto o pospuesto sin que se tenga un plazo seguro para las inversiones.
Hay tanto petróleo en el mundo que no se ve pronto una recuperación de los precios del petróleo. A los inversionistas no les interesa invertir ante bajos costos de ganancia y pobres precios del petróleo, como los actuales.