*Mano dura para castigar robo de combustible

La extracción ilícita de combustibles en el país es cada vez más frecuente, debido a que los oleoductos están tomados prácticamente por bandas del crimen organizado asociadas a grupos fuertemente armados, por lo que es urgente dotar al Ministerio Público y las autoridades judiciales de mayores elementos para castigar este delito que tanto daño hace a la sociedad mexicana.

La diversificación del crimen organizados ha tenido un efecto de alto riesgo para la operación de la industria petrolera.

El robo de combustible es un peligro inminente que puede ocasionar graves accidentes, como el ocurrido en San Martin Texmelucan, Puebla, el 19 de diciembre de 2010, en el que hubo un saldo de 30 personas fallecidas, decenas de lesionados y cuantiosos daños materiales.

Asimismo, el impacto económico estimado para Pemex por la sangría de combustibles en 2011 fue de 23 mil 900 millones de pesos, mientras que en el 2012 llegó a 33 mil 200 millones de pesos.

Tan sólo de enero a agosto del presente año el robo de combustible representó una fuga financiera para la paraestatal de 15 mil 300 millones de pesos, cifra equivalente a 7 millones 500 mil barriles de hidrocarburos. Además de que se clausuraron 2 mil 481 tomas clandestinas, según reconoció el propio director de la empresa, Emilio Lozoya.