Todo juez debe resolver con independencia y sin presiones
Los jueces deben ser personas íntegras y de una sola pieza para lograr credibilidad y confianza en el ámbito social; aseguró César Jáuregui Robles, consejero de la Judicatura Federal; es decir, seres comprometidos con la independencia, la objetividad, la imparcialidad, el profesionalismo, la excelencia, y mostrar congruencia entre su vida pública y privada.
Durante la emisión del programa Justicia electoral a la semana, que conduce la periodista Guadalupe Juárez, el consejero afirmó que de nada sirve un juez que emita resoluciones atendibles y muy bien redactadas, “con las citas y las tesis de jurisprudencia acordes al momento, si como persona tiene un comportamiento negativo, pues la sociedad perdería la confianza en él y sus fallos quedarían en el vacío”.
Jáuregui Robles apuntó que el juzgador tiene la responsabilidad de guiar a la sociedad y por ello debe cumplir con características tales como sobriedad, capacidad, austeridad, discrecionalidad, saber escuchar con cortesía, responder con sabiduría, ponderar con prudencia y resolver con imparcialidad.
“La confianza judicial estriba precisamente en que el juez sea capaz de ver las cosas con objetividad y no bajo presiones o insumos que no son propios del expediente. Sostener esta independencia garantiza que los jueces resuelvan en plenitud de facultades y no a contentillo”, apuntó.
Comentó que en materia electoral los tribunales no deben apartarse de los elementos antes descritos, y su comportamiento debe estar siempre encaminado a la excelencia para que la democracia se aquilate debidamente. A fin de lograr este elemento, enfatizó, es necesario cumplir cabalmente las 17 virtudes que establece el Código Modelo de Ética Judicial Electoral, siendo la ley, la conducta del hombre, el respeto profundo a las normas y el aprecio por la función que realiza, la materia prima para ello.
Vocación, elemento clave para ser buen juez
En el programa que se transmite por el Canal Judicial, Jáuregui Robles citó que un elemento clave para ser un buen juzgador es la vocación, que no debe apartarse de los ideales que lo llevaron a elegir esa profesión, y de la Ética, la cual establece condiciones para que pueda desempeñarse adecuadamente.
En ese sentido, mencionó que los códigos de Ética son aparatos ortopédicos para que, quien de alguna manera se haya alejado de un comportamiento aceptable, pueda reorientar su conducta.
El consejero enlistó entre las virtudes que debe tener un buen juzgador sabiduría, capacidad, conocimiento, intuición, saber olfatear los conflictos, escuchar, soportar todas las críticas, las calumnias, las descalificaciones, ser personas honorables y, literalmente, colocar con firmeza los pies sobre la tierra para no perder la realidad.
Puntualizó que el juzgador tiene una condición que lo coloca en un plano superior, no tanto por sus conocimientos o sabiduría, sino fundamentalmente por su comportamiento con la familia, los vecinos y con la sociedad en general.