En el mundo, la función judicial representa el último bastión de defensa de las personas; es la mejor garantía de paz, de civilidad y de armonía entre los pueblos, siempre anteponiendo los derechos humanos, tal y como el Estado Mexicano lo ha hecho porque cree en la democracia y no en la regresión, afirmó el Ministro Juan N. Silva Meza, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México, al inaugurar la Cumbre de Cortes Supremas, Constitucionales y Regionales.
Asimismo, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, aseguró que un entendimiento común y global de los derechos humanos y de las libertades fundamentales contenidas en la Declaración Universal sólo puede ser alcanzado cuando los Estados armonicen sus Constituciones y Leyes con el derecho internacional.
Ante la presencia de más de 30 presidentes y representantes de Cortes y Tribunales Constitucionales de cuatro continentes, el Ministro Silva Meza manifestó que esta Cumbre servirá para que se dialogue entre iguales sobre problemas que les son comunes en el mundo a partir del entendimiento generado por la lengua franca que hoy representa la exigencia de protección y promoción de los derechos humanos de todas las personas, sin importar nacionalidad, origen étnico, condición socio-económica, edad o género.
“Todas las jurisdicciones enfrentamos los nuevos y los viejos retos: conflictos armados; desplazamientos de poblaciones; hambrunas; consecuencias innegables del cambio climático; el riesgo de epidemias globales; turbulencias financieras, que muchas veces inician en un sitio del mundo y afectan a muchos otros; las consecuencias del crimen organizado globalizado; la regulación de los efectos de los avances tecnológicos. Tal vez, el lenguaje común de los derechos humanos nos ayude a encontrar soluciones a estos problemas, que todos enfrentamos”, consideró.
Silva Meza destacó que para ningún juez son ajenas las complejidades y los retos que la labor jurisdiccional conlleva, tales como: la exigencia permanente de objetividad e imparcialidad y la demostración constante de que ser juez, es un medio y no un fin en sí mismo.
Por ello, dijo, el trabajo de juzgar sólo puede estar guiado por el compromiso sincero de contribuir, sin protagonismos ni abusos, a hacer mejor la vida de los demás; la aceptación de que el mejor aliciente para hacer este trabajo, es el afán de consistencia, dentro de la ley; la paz y tranquilidad de conciencia que acompañan al deber cumplido con prudencia, pese a cualquier adversidad.
El Ministro Presidente subrayó los propósitos que tiene esta Cumbre: confirmar la voluntad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México, de asumir en plenitud su papel como poder integrante del Estado mexicano y su inserción, como tal, en el concierto de las naciones democráticas; y propiciar el diálogo entre las Cortes y los Tribunales Constitucionales en beneficio de los pueblos a los cuales sirven.
“Queremos que nuestros visitantes sepan lo que estamos haciendo; los criterios jurídicos que hemos ideado para tratar de resolver, desde la perspectiva de un tribunal constitucional de la democracia, los problemas que atendemos, día a día de cara a la Nación”, explicó el Ministro Presidente.
Consideró que este espacio de diálogo e intercambio, ofrece una oportunidad invaluable para conocer experiencias que, seguramente, nutrirán el camino que la judicatura mundial, pero sobre todo la mexicana, deben recorrer para consolidarse como instituciones al servicio de los derechos humanos.
“En México creemos que la plena vigencia de los principios constitucionales que exigen un país libre y un Estado de derecho robusto, orientado por el respeto irrestricto por todas las autoridades a los derechos humanos, es la mejor garantía para permitir el adecuado florecimiento de esta nueva realidad que nos enriquece a todos, viviendo en paz, en un país de leyes e instituciones. Estamos conscientes de que, como todas las Naciones, tenemos problemas muy serios, que nos son propios y particulares”, aseveró.
Por eso mismo, expuso, el Poder Judicial mexicano está y estará abierto a la posibilidad de ilustrar y de ser ilustrados, sobre todo, a partir del diálogo generoso que puede darse entre pares, pues esa posibilidad abre puertas y horizontes nuevos; y oxigena y refresca las prácticas y esfuerzos comunes para encontrar soluciones.
Por su parte, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, aseguró que los Poderes Judiciales del mundo tienen un papel vital en garantizar que los derechos económicos, sociales y culturales sean protegidos y en revisar la adopción de medidas retrógradas que puedan y tener un impacto negativo en los derechos humanos.
En un mensaje videograbado, la funcionaria del ONU exhortó a los jueces a emplear la autoridad legal y moral que les han sido confiada en sus respectivos países, con el fin de promover y garantizar que los derechos económicos, sociales y culturales sean disfrutados por todas las personas.
Informó que en diferentes naciones, en incontables ocasiones, jueces de Cortes Superiores se han conducido con independencia e imparcialidad para proteger los derechos humanos, salvaguardando el Estado de Derecho ante una falta de entendimiento u oposición por las fuerzas políticas.
A este respecto, puso como ejemplo el reciente fallo de la Corte mexicana en materia de investigación y enjuiciamiento de las fuerzas armadas, por violación de derechos humanos y que ahora son de competencia civil, no militar, ni de sus instituciones y sus Cortes.
Navi Pillay dejó en claro que la transparencia, los debates abiertos y la divulgación pública dentro de las funciones judiciales son de vital importancia para el fortalecimiento de su función constitucional, sus fundamentos democráticos y su legitimidad social.
Finalmente, la funcionaria de las Naciones Unidas manifestó estar convencida de que la definición de criterios claros para medir el progreso en la protección de los derechos humanos, mediante el establecimiento de indicadores confiables basados en normas internacionales, es una medida que para facilitar el desarrollo de programas, políticas y presupuestos, con perspectivas de derechos humanos.
A lo largo de dos días, los presidentes y representantes de las Cortes Supremas, Constitucionales y de organismos de justicia de cuatro continentes analizarán:
• La interpretación constitucional ante otros poderes del Estado;
• El papel del juez nacional ante la protección internacional de los Derechos Humanos;
• El diálogo entre tribunales internacionales y jurisdicciones domésticas;
• El acceso a la justicia y a la transparencia como factores de legitimación; y
• Los derechos económicos, sociales y culturales y grupos en situación de vulnerabilidad, entre otros temas.
En esta Cumbre participan los Presidentes de las Cortes y Tribunales Constitucionales de España, Francia, Rusia, Sudáfrica, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Guatemala, Honduras, Puerto Rico, República Dominicana, Portugal, Bélgica, Marruecos, Nicaragua, Andorra, Bulgaria, Argelia, Turquía, Uruguay, Ghana, Indonesia, Jamaica, Perú y México.
Asimismo, están los Presidentes y representantes de las Cortes Interamericana de Derechos Humanos, Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Europea de los Derechos Humanos y de la Corte Internacional de Justicia.