*Recibimos a la Presidenta de Chile
Es un honor recibir nuevamente en México a la Presidenta Michelle Bachelet, quien ha desempeñado un papel fundamental en la consolidación de la democracia chilena, así como en el impulso de la agenda social y la igualdad de género.
Su elección en 2006, como primera Presidenta de la República de Chile, marcó un hito en la evolución democrática de su Nación.
Y en éste, su segundo mandato, nuevamente está haciendo historia, a partir del profundo proceso de reformas que ha emprendido.
Al impulsar una reforma en favor de la educación de calidad e inclusiva, usted honra el ejemplo de la maestra de América, Gabriela Mistral.
En México coincidimos con usted, señora Presidenta: La educación es un derecho, no un privilegio para unos cuantos. Y es responsabilidad de los Estados asegurar que así ocurra realmente en los hechos.
Por su parte, la Reforma Electoral que se ha logrado en Chile, es histórica, al abrir el sistema partidista a una mayor diversidad política en favor de la competencia democrática.
En el ámbito internacional, apreciamos la solidaridad y amistad que siempre le ha brindado a México.
En esta ocasión queremos reiterarle nuestra solidaridad con los hermanos chilenos, quienes se han visto afectados por los desastres naturales de los últimos meses, incluyendo las recientes lluvias atípicas en el Norte de su país.
Chilenos y mexicanos tenemos una historia común y fuertes lazos de fraternidad.
Ejemplo de ello, son los murales que David Alfaro Siqueiros pintara en la Ciudad Chillán, que relatan las heroicas historias de nuestras naciones. En sus imágenes coinciden Cuauhtémoc y Caupolicán, como héroes de la Resistencia. En ellas también se encuentran Miguel Hidalgo, Bernardo O´Higgins, como héroes libertadores.
Nuestra historia y amistad común se reforzó en los momentos más difíciles de los años 70. La prueba a la que fue sometido el pueblo chileno fue muy difícil. Correspondiendo a la hermandad que siempre ha unido a nuestros pueblos, México abrió sus puertas y se convirtió en hogar de miles de chilenos.
En aquél 1973, la Embajada de México, a cargo de quien hoy nos distingue con su presencia, don Gonzalo Martínez Corbalá, significó literalmente una salvación para quienes pudieron llegar a ella.
Todo chileno que acudió a México para pedir ayuda, encontró las puertas abiertas. Nuestro país fue Patria de refugio. Entre los chilenos que abrazaron esta tierra, destacan académicos, artistas, escritores, diplomáticos, además de amigos y familiares del Presidente Salvador Allende, quienes expresaron su gratitud a México aportando su talento y trabajo al desarrollo de su segundo hogar.
Entre ellos, estuvieron la hija y la nieta del ex Presidente Salvador Allende, aquí presentes: la senadora María Isabel Allende Bussi, quien ha encabezado las cámaras de Diputados y Senadores en Chile, y la cineasta México-chilena Marcia Tambutti Allende, quien recientemente fue galardonada en el Festival de Cannes por el documental “Allende mi Abuelo Allende”.
Su padre, señora Presidenta, el General Alberto Bachelet, es también un referente de aquella época. Fue un hombre valiente, con firmes principios y valores, que siguió el camino de los héroes verdaderos, aquellos cuyo legado pervive por generaciones.
Su padre y usted, señora Presidenta, son figuras indiscutibles de la República Chilena, de libertad y lucha por la democracia.
En efecto, su nación hoy es ejemplo de desarrollo y calidad de vida para toda América Latina.
En esta región, Chile y México son dos países que creen en el libre mercado con responsabilidad social; que promueven el crecimiento económico incluyente y sustentable, en favor de nuestras sociedades.
Cumplimos, así, las palabras del extraordinario poeta Pablo Neruda, cuando decía, y cito textualmente: Nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza, pero no hay lucha ni esperanza solitarias.
Y eso es también lo que inspira esta Visita de Estado: renovar la esperanza, luchar juntos por un mejor futuro para Chile y para México.
Excelentísima señora Presidenta Michelle Bachelet:
Resulta muy emotivo resaltar la profunda admiración y respeto que usted despierta entre los mexicanos. Su misión y su responsabilidad son sumamente elevadas, pues como usted lo ha expresado, su mandato es conducir las transformaciones que permitan al pueblo de Chile ser una sociedad menos desigual, más cohesionada, en paz y con desarrollo.
Es así como encontramos en usted a una persona ejemplar; encontramos también en Chile a un pueblo fraterno, trabajador y solidario.
Dicho lo anterior, quiero invitarles para que hagamos un brindis los aquí reunidos.
Nada más que nos den una copa, Presidenta.
Quiero hacer un brindis, en primer lugar, por la Excelentísima señora Presidenta de la República de Chile, deseándole éxito en su gestión de gobierno, que se traduzca realmente en mayor bienestar para la sociedad chilena.
Quiero brindar por la fraternidad, la amistad que distingue a Chile y a México, y porque el trabajo al que estamos convocados, lo que hemos acordado, realmente nos permita seguir impulsando la prosperidad de nuestras sociedades.