*Pónganse las pilas, señores diputados
Es necesario que la Cámara de Diputados apruebe la minuta sobre la Ley de Migración, porque con esta normatividad México obtiene autoridad moral frente a Norteamérica y se coloca a la vanguardia como un país protector de la migración y de los trabajadores temporales.
El pleno del Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular la Ley de Migración, porque con esta normatividad se logran avances importantes y por fin tenemos una política en materia de migración en el país.
Confío en que una vez que la Cámara Baja apruebe esta legislación, se pueda exigir al Gobierno federal acatar la ley, que reestructure el Instituto Nacional de Migración y establezca los mecanismos que la ley dice para que tengamos algo que nos hacía falta, autoridad moral frente a Norteamérica, pues lo que damos para Centroamérica lo pedimos para nuestros paisanos en Estados Unidos.
Con esta nueva legislación se establecen facultades expresas para que las autoridades protejan los derechos humanos de los migrantes y se eliminan filos muy peligrosos como la intervención policiaca en el problema migratorio, la denuncia anónima para que la policía federal pudiera intervenir y el carácter judicial de la política en la materia.
No podemos criminalizar la migración, no podemos dejar en manos de la policía federal el trato a los migrantes como lo hace la Border Patrol con los connacionales en Estados Unidos.
La Ley de Migración es un asunto mayor, que establece una política, que determina responsabilidades, que da derechos y nos pone a la vanguardia como un país protector de la migración y de los trabajadores temporales.
Uno de los principales aciertos de esta ley es la identificación y derecho de trabajo para los migrantes en territorio nacional, pues a través de la visa temporal, que puede ser ampliada cuando encuentre trabajo, le permitirá circular por el país con libertad, recurrir a la justicia mexicana para proteger sus derechos, porque es reconocido por las leyes mexicanas.