*Reforma Energética, el gran engaño a la nación

Ante la ausencia de resultados de la reforma energética, a la que la administración de Peña Nieto ha dado tanta importancia, ha pretendido engañar a la población, tomando medidas demagógicas sin sustento.

Por ejemplo, bajó algunas tarifas eléctricas, a pesar de que siguen siendo insuficientes para cubrir los costos de la CFE. Las reducciones tarifarias han beneficiado a los grandes consumidores, es decir, a los industriales y residenciales de alto consumo.

Lo que está sucediendo con Pemex es preocupante. El gobierno de Peña Nieto está haciendo todo lo posible para que desaparezca y así poder privatizar, lo más pronto posible y en las mejores condiciones para las empresas del sector de los hidrocarburos.

En la reforma energética se estableció un régimen fiscal mucho más oneroso para Pemex que para los privados.

En las licitaciones se están regalando activos propiedad de la Nación a empresas privadas.

Se han limitado los recursos de Pemex a tal punto que no puede realizar las inversiones que requiere para, por lo menos, mantener sus volúmenes de operación.

A pesar de que se supone que México cuenta con hidrocarburos más que suficientes para satisfacer la demanda interna e incluso producir excedentes exportables, cada vez se produce menos y se importa más. A la fecha, el país ya es importador neto de gas natural y de productos derivados de los hidrocarburos y próximamente va a empezar a importar petróleo crudo.

Con el pretexto de la caída de los precios del petróleo, constantemente se posponen los plazos en que supuestamente se darán los inexistentes beneficios de la reforma energética.