*De riqueza, a pobreza en Pemex
Es inaceptable el anuncio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de que el gobierno podría rescatar a PEMEX.
No es posible que el gobierno siga derrochando el dinero de todos los mexicanos en este elefante blanco.
Recordemos que desde que inició este gobierno los mexicanos no solo pagan 80 por ciento más de impuestos sino que, pese a ello, la deuda federal ha aumentado un 50 por ciento.
Es decir, que en 2016 cada familia mexicana deberá más de 300 mil pesos de sólo deuda federal.
No estamos para rescatar a PEMEX de los malos manejos de lo que supuestamente es la empresa “productiva” del estado.
Con este anunció de rescate, el gobierno reconoce la quiebra total de PEMEX; ya perdió la batalla, está descapitalizada y ahora su legado son problemas muy serios que tendremos que resolver. Entre ellos el pasivo laboral de 1.7 billones de pesos.
Esto es fruto de los privilegios que recibieron durante décadas el sindicato y los burócratas de PEMEX. No puede ser que sean los ciudadanos los que terminen pagando los platos rotos. Urge encontrar una estrategia de salida que dañe lo mínimo posible a los mexicanos.
Estamos en un nuevo paradigma en la política energética: la competencia. PEMEX ya no puede ser la empresa que derrocha la renta petrolera que nos pertenece a todos los mexicanos y mucho menos puede ser un hoyo negro para las finanzas públicas.
Sobre todo en estos tiempos cuando estamos al borde de una grave crisis de deuda.