*Torpe política petrolera de México
Es muy lamentable que los responsables de la política petrolera en México renuncien a salvaguardar los intereses nacionales al no promover una reducción en la producción a nivel mundial.
Los directivos de Petróleos Mexicanos y de la Secretaría de Energía carecen de imaginación y de reingeniería organizacional para salvar los 23 mil empleos que se han perdido desde 2015 a la fecha, producto de la Reforma Energética aprobada en 2013.
La reducción en el precio del petróleo no es una situación nueva, ya que esta ya se vivió en los años noventa en la que cayó hasta los 8 dólares; en ese momento no se despidió a tantos trabajadores como ahora.
Por el contrario, se buscó ampliar la transformación industrial del petróleo; es decir, existió una reingeniería en la entonces paraestatal. Pero ahora se está renunciando a la empresa productiva y a su planta laboral.
Se deben tomar medidas urgentes como reducir la explotación del petróleo pesado, lo que repercutiría en un aumento sustancial del precio de la mezcla mexicana.
Además se deben ampliar las áreas de refinación y petroquímica, que actualmente implican importaciones del orden de entre los 25 mil y 30 mil millones de dólares; salidas hay.
La propuesta es redistribuir a los trabajadores de Pemex y no despedirlos. Para eso se necesita creatividad y compromiso, que no lo veo en Pemex ni en la Secretaría de Energía.