*El sistema agroalimentario enfrenta retos cruciales
Para lograr el fortalecimiento de los clústeres agroalimentarios es necesario reforzar las políticas públicas que promuevan la constitución de un clúster.
Tanto las experiencias históricas de clústeres exitosos, como los proyectos de formación de nuevos clústeres revelan que las diferentes instancias de gobierno (local, regional y nacional) desempeñan un papel central al ofrecer estímulos fiscales, de apoyo técnico y de capital humano para constituir alianzas entre los productores locales.
El sistema agroalimentario mexicano enfrenta retos cruciales, dado que existe una notable desigualdad entre los actores socioeconómicos que dificultan los esquemas de coordinación y cooperación, destacando en particular la atomización de los productores primarios existentes.
También son relevantes otras limitantes en cuanto a modelos tecnológicos diferenciados que obstaculizan su complementariedad; la falta de financiamiento, infraestructura y equipamiento; así como la escasa vinculación con las instancias de investigación y transferencia de tecnología.
Las agrupaciones productivas o clúster permiten organizar, coordinar y canalizar de mejor manera la prestación de servicios y los instrumentos de apoyo, dado que se dirigen a necesidades colectivas e interdependientes; por otra parte, amplían la posibilidad de aprovechar las oportunidades que presenta el mercado con base en las ventajas comparativas y fortalezas existentes en los territorios.
Sin duda, el éxito de un clúster agroalimentario dependerá de la disponibilidad de sus integrantes a innovar, aprender, mejorar y compartir sus procesos productivos, así como permitir el acceso de nuevos participantes y productos que vuelvan al entorno más competitivo, socialmente incluyente, así como productivo y ambientalmente sustentable.