*Tardanza de las reformas energéticas

Para nosotros los mexicanos, el petróleo, además de ser fuente de energía y de ingresos económicos, es un símbolo de soberanía y de independencia, por eso la Expropiación Petrolera es un referente histórico de enorme relevancia.

La Expropiación Petrolera significó la consolidación del Estado mexicano, pues con ello México se hizo de recursos propios y suficientes para emprender su desarrollo económico y social como un país emergente, sólido y de gran potencial.

La decisión expropiatoria gozó de un amplio apoyo de ciudadanos de todas las edades y de todas las clases sociales. Contadas son las fechas en que con tanta claridad y contundencia se ha puesto de manifiesto el patriotismo y la solidaridad nacional.

La Expropiación Petrolera y el desarrollo económico nacional basado en la producción y exportación del petróleo es una larga historia de aciertos y desaciertos que finalmente nos ubicó en el escenario global como un país atado a esquemas jurídicos que ya no correspondían con la modernidad y prácticas económico-financieras de vanguardia.

Eso se convirtió en un lastre y debido principalmente a la tardanza con la que llegaron las reformas, se fueron acumulando resultados negativos para Pemex; sin embargo, hoy Pemex debe ser una empresa con gestión innovadora y abierta a todas las tecnologías contemporáneas. Para ello cuenta ya con los instrumentos jurídicos necesarios.

La Expropiación Petrolera remite inevitablemente a la soberanía y al nacionalismo; sin embargo, la aceptación de estas palabras ha cambiado con el tiempo, pues nuestra realidad ha cambiado también.

Hoy el nacionalismo y la soberanía en materia energética deben referir a garantizar la seguridad energética de los mexicanos de hoy y de mañana.

Cómo ser soberano, si el esquema nacionalista de antaño que no modificamos durante décadas nos llevó a importar la gasolina. Una nación puede ser independiente en lo formal y puede considerarse a sí misma soberana, pero si no cuenta con un marco jurídico flexible para el manejo de sus recursos, la independencia estará irremediablemente acotada.

Del suministro confiable de energía depende el desarrollo de la economía y el mantenimiento de la calidad de vida de la población, por eso el Estado mexicano hoy en día conserva en todo momento la rectoría sobre los energéticos. Y rectoría significa dirigir y planear la explotación de los recursos mediante los instrumentos constitucionales y legales con que cuenta.

En 1940, Manuel Gómez Morín dijo: “Pemex debe responder a las necesidades nacionales y a los fines que se le presenten con el tiempo y que fueron invocados como su fundamento”. Por tanto, hoy en 2016 las y los legisladores de Acción Nacional, preocupados y ocupados en el bien común de nuestra nación, participamos activamente en la creación de un nuevo modelo energético nacional y continuamos dando seguimiento a su implementación, con el objetivo de alcanzar esos fines para nuestro país.

Hemos entendido que el petróleo por sí mismo no es sinónimo de riqueza, sino que la administración productiva y transparente de éste y de las nuevas energías nos permitirán explotar el gran potencial energético de nuestro país.