*Derecho a la educación de los reos

Propongo que la Constitución garantice el derecho a la educación de los individuos que se encuentren cumpliendo con una pena privativa de la libertad.

Para ello es necesario modificar diversos artículos de la Constitución, pues ante la crisis de inseguridad e injusticia que vive nuestro país, el fomento a la educación y el deporte abonan a la labor de garantizar la seguridad pública, en la lucha contra la delincuencia.

Considero que el sistema penitenciario debe reconocer los derechos fundamentales de las personas que se encuentren encarceladas, de tal manera que tengan acceso a la educación.

No debe ser un castigo excluirles el conocimiento, sino todo lo contrario ya que contar con educación es salir de la ignorancia y es un mecanismo para darles herramientas de superación que no impliquen cometer actos delictivos dañinos para el país.

Se requiere la asistencia a cursos de alfabetización y educación primaria y secundaria sea obligatoria para los sentenciados que no han obtenido estos beneficios.

Además propongo que se le conceda libertad preparatoria al condenado que haya observado buena conducta o haya obtenido certificado de estudios durante la ejecución de su sentencia.

Fomentar la educación al interior de los centros penitenciarios es un mecanismo de reintegración social, pues permite que el ex recluso, al salir de la cárcel tenga mayores posibilidades de no reincidir en la comisión delictiva.

En países como Argentina este modelo ha dado buenos resultados, pues muchos de los ex presidiarios están incorporándose al mercado laboral rápidamente e, incluso, algunos continúan sus estudios en niveles superiores.

Recordemos que en México existen precedentes alentadores que indican que el sistema es viable, como el Centro de Readaptación Social de Morelos, donde se desarrolla el Modulo de Educación para la Vida y el Trabajo, diseñado por el INEA y el programa de Preparatoria Abierta supervisada por la SEP.

Debemos hacer llegar a los centros penitenciarios mecanismos que permitan su real reinserción social para que no vuelvan a cometer un delito; es necesario impulsar estas propuestas que anteriormente se han planteado, si queremos un México con menos delincuencia.