*Reforma política del DF es triunfo de la sociedad

Aprobar la reforma política del Distrito Federal es pagar una deuda del Congreso de la Unión con la población de la Ciudad de México y este cambio debe entenderse como un logro de todos los ciudadanos de la capital del país y no sólo de una visión política.

El aval a la reforma política del DF tampoco supone la permanencia de un solo partido al frente del gobierno capitalino, sino que representa un beneficio para toda la sociedad, ya que es una demanda largamente añorada.

A unos cuantos días de concluir el último periodo ordinario de sesiones de la LXII Legislatura, sería “un agravio” dejar sin reforma política a la ciudadanía más participativa y dinámica del país.

Antes del 30 de abril, el Congreso de la Unión debe tener la capacidad de aprobar para la Ciudad de México una reforma de avanzada, que fije la ruta para que el Distrito Federal cuente con una Carta Magna que permita a sus habitantes ejercer plenamente sus derechos sociales, políticos y económicos.

La idea de que una sola Asamblea Legislativa fuera electa para sus funciones regulares para elaborar la Constitución del Distrito Federal, por la vía de los hechos ha sido superada.

La Carta Magna de la capital debe ser elaborada por un Congreso Constituyente, electo democráticamente. No debe ser producto de la reunión de barones de la política capitalina o nacional, sino de constituyentes electos por el voto libre y democrático.

De 1985 a la fecha, uno de los motores más importantes del cambio político y social en México ha sido la ciudadanía del DF, hablo de los millones de mujeres y de hombres que le dan vida a la ciudad más importante de nuestro país y una de las grandes metrópolis del mundo.

La propuesta que se analiza en el Senado se ha construido desde una visión plural; porque plural y diversa es la capital del país.