En muchas ocasiones los legisladores federales expresan posiciones aventuradas y temerarias acusaciones, con el argumento constitucional de que ningún representante popular puede ser reconvenido por sus manifestaciones; es decir, se escudan en el fuero que les otorga el cargo.

Los libros de la historia legislativa están llenas de páginas que contienen sorprendentes declaraciones que no solo dan risa, sino que podrían ser tema de profundo análisis por el impacto social que en un momento dado han influido en el ánimo del pueblo, aunque en la mayoría de los casos han servido para el cada vez más desprestigio de los congresistas.

Pero también desde la tribuna legislativa se han dicho verdades de a kilo respaldadas con pruebas contundentes que, por desgracia, en la mayoría de los casos, o se negocian políticamente para acallarlas y proteger a los involucrados, o simple y llanamente se compran conciencias.

Esta reflexión viene a cuento porque hace unos días la senadora perredista por el estado de Tlaxcala, Lorena Cuellar Cisneros, hizo una acusación desde la tribuna parlamentaria que nadie pareció tomar en cuenta, porque ni tuvo eco en esa sesión pública ordinaria, ni en Los Pinos se dan señales de preocupación.

La legisladora dijo que es necesario exigir a Rosario Robles Berlanga, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, que explique las acciones que se llevarán a cabo para pasar del programa “Oportunidades” al de “Prospera”, cambio de nombre que con tanto interés y entusiasmo anunció el presidente Enrique Peña Nieto.

La legisladora no se anduvo por las ramas y aventuró la expresión de que “se cambia el nombre pero la estrategia y mañanas son las mismas”.

Pero lo aventurado de la expresión desapareció cuando desde la tribuna del parlamento denunció la utilización de este programa con fines electorales y fue contundente al señalar que tiene las pruebas para demostrarlo.

Y concluyó: “A la gente la están excluyendo por contar con otra filiación política, incluso recientemente en este Senado de la República operadores de la Secretaría de Desarrollo Social del estado de Veracruz, me externaron su inquietud por la diferenciación partidista que se hace para tener el beneficio de algún programa”.

Señor Presidente, el país está caldeado por el aumento de asesinatos, entre ellos muchos feminicidios, permitir que la Sedesol alimente la irritación social por hambre y otras necesidades elementales por caprichos de funcionarios de esa dependencia, se estará sembrando un peligroso escenario social de dimensiones explosivas. Está a tiempo.