Tras lamentar la mínima presencia de un libro en casa y peor que sólo sirve de decoración por la falta de interés en su lectura, el Presidente de la Comisión de Cultura de la ALDF, Diputado Fernando Cuellar Reyes, a través de un documento, responsabilizó del fracaso a las pocas y aisladas acciones del Gobierno Federal por fomentar el proceso libro/lectura como una política pública de educación.
La Ponencia “Los retos de la cultura escrita” en el Tercer Encuentro de Fomento a la lectura en la Ciudad de México: hacia una agenda de políticas públicas en torno al libro y la lectura” destaca que el Estado ha desdeñado las acciones para elaborar una política transversal en donde educación, cultura y edición se engarcen para despertar el interés de nuevos lectores, porque en México lo más importante es engrosar estadísticas del número de libros leídos por año, que crear la lectura de comprensión y gusto por el libro.
Cuellar Reyes explica, a través de interpósita persona, que en nuestro país el 81% de las personas mayores de 12 años cuenta apenas con un libro en casa, nada, si pretendemos fomentar la cultura escrita a través de leer, al menos 3 libros por año.
El titular de la Comisión de Cultura de la Asamblea Legislativa pide a la SEP, al Gobierno Federal apoyar al libro, a la lectura y a la industria que lo sustenta, pues entre la población en general se manifiesta un desdén en el consumo de productos culturales.
En la ponencia se insiste que México a pesar de las carencias que padece debe promover diferentes prácticas que faciliten el acercamiento del libro y el lector, por ello, se propuso la creación del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, administrado por la SEP, destinado a financiar proyectos, programas y acciones que ejecuten la política integral del libro y la lectura, con aportaciones económicas públicas y privadas.
Desde la Asamblea Legislativa, reitera el documento, fomentaremos hábitos de lectura, a través de campañas educativas e informativas, organizando concursos literarios, exposiciones y ferias. A la SEP sugirió adquirir obras de escritores mexicanos que se distribuyan a bibliotecas públicas y populares, archivos y centros de documentación; modernizar los centros bibliográficos, “esto es una política pública integral de fomento a la lectura y al libro”.