El diputado local Leonel Luna Estrada insistió en la necesidad de hacer obligatorio que los mercados públicos puedan recibir los vales y tarjetas que otorga el Gobierno capitalino a los beneficiarios de sus programas sociales, a fin de facilitar el abasto familiar e incentivar la economía de más de 70 mil locatarios.

Aclaró que con esta acción competitiva, aunada con la aprobación de la reciente Norma 29 que busca mejorar las condiciones de los mercados públicos de la ciudad, se garantizaría la sobrevivencia de los 318 mercados que existen en la ciudad y que son el sustento económico de más de 100 mil familias.

“Hay que tener muy claro que a diferencia de las tiendas departamentales, los ingresos de los locatarios de mercados públicos dependen de las ventas diarias que realicen y que hasta estos días  los mismos locatarios han manifestado que ido a la baja, por lo que aceptar formas de pago como tarjetas y vales de despensa contribuirá a incrementar la venta diaria”, apuntó.

El presidente de la Comisión de Vigilancia de la Contaduría Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal  precisó que  los beneficiarios directos de los vales y de la tarjeta para adultos mayores  son las grandes cadenas comerciales privadas, en detrimento del mercado público.

Frente a esta situación, subrayó la importancia que tiene establecer de manera conjunta con los bancos mecanismos que puedan autorizar el  uso de  tarjetas de débito, a través de una terminal electrónica en los mercados públicos de la capital, beneficiando tanto a los comerciantes como a quienes realizan sus compras ya sea en tiendas comerciales o en pequeñas centrales de abasto.

Aunado a lo anterior, el legislador del PRD dijo que se debe de emprender un programa de modernización  y de abasto popular que contribuya a generar obras de mejoramiento y condiciones de equidad en los mercados de esta capital.

En ese sentido, informó que recientes estudios del Instituto Tecnológico de Monterrey revelan la urgencia de que algunos  mercados dejen de ser locales de productos al menudeo para convertirse en mini bodegas de o incluso algunos tendrán que cambiar su uso.

Refirió que casi 65 por ciento de los mercados de la ciudad tienen en promedio entre 60 y 40 años de antigüedad y que en un porcentaje considerable éstos sitios presentan una crítica situación, de ahí que sea  imprescindible generar esquemas novedosos de mercadotecnia o incluso analizar la posibilidad de que en algunos se cambie la vocación, con miras a evitar su extinción.