*A pesar de que es uno de los más denunciados
Carretadas de críticas se llevó Federico Bracamontes Baz, propietario del periódico Diario de México, de escasísima circulación en el Centro Histórico de la ciudad de México, por esa información que publicó en sus ocho columnas de este jueves.
Resulta que este empresario difundió en su medio escrito que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la capital del país no se da abasto, porque aumentan los despidos injustificados de parte de empresarios injustos con sus trabajadores.
Bueno, pues este cinismo de Bracamontes raya en la burla, no solo para los trabajadores, sino también para las autoridades laborales, ya que su empresa figura en la Junta Local como una de las más demandadas por despidos injustificados y está señalada también como de las más marrulleras para evadir el pago de indemnizaciones.
Pero además, esta empresa de la familia Bracamontes Baz que edita el periódico Diario de México, está demandada por casi una veintena de trabajadores con antigüedades que van de tres a 20 años, a quienes defraudó al evadir el pago de cuotas al Infonavit y Afore, correspondientes a rodo ese tiempo de vida laboral.
Evidentemente que con esto afectó el patrimonio familiar de esos trabajadores, porque algunos de ellos están por pensionarse y no tienen nada en su cuenta, además de que en algunos lapsos fueron dados de alta en el IMSS con un salario menor al que devengaban, lo que naturalmente repercutirá negativamente en el nivel de su jubilación.
La explotación laboral de este periódico es brutal y efectivamente, como lo acaba de publicar el propio medio escrito, la Junta Local de Conciliación y Arbitraje está atiborrada de demandas contra patrones que se enriquecen con el dinero ganado con el sudor de sus trabajadores.
Y como saben que ninguna autoridad laboral se atreve a tocar a los empresarios periodísticos ni con el pétalo de una ley, con las manos en la cintura despiden a los empleados sin el pago correspondiente y menos aún las prestaciones sociales.
Así las cosas, queda demostrado que el Congreso federal, esos que integran la Cámara de Diputados y el Senado de la República, que dicen representar al pueblo, solo sirven de comparsa para que en México se agudice la injustica, la explotación, pero sobre todo, la brutal diferencia de clases.