Los panteones del Distrito Federal están en riesgo de “colapsarse”, debido a su saturación, pues anualmente hay 60 mil defunciones y sólo 55 mil 206 espacios en cementerios oficiales y 2 mil 660 en los concesionados, alertó el diputado del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito federal (ALDF), Víctor Hugo Lobo Román.
Por ello, ante el pleno del recinto de Donceles y Allende, presentó la iniciativa de Ley de Panteones, Cementerios, Crematorios y Servicios Funerarios del Distrito Federal, cuyo propósito es “despresurizar” y poner orden en camposantos, así como en las agencias funerarias “pirata”, en los procesos de embalsamiento, cremación, inhumación y exhumación.
Lobo Román argumentó que su proyecto de ley que consta de 120 artículos y V Capítulos, tiene como propósito fomentar la “cultura de la cremación”, acabar paulatinamente con el régimen de “perpetuidad” y pasar a en definitiva al de “temporalidad”, toda vez que “nadie tiene derecho a la propiedad perpetua de un bien del dominio público”.
Además, explicó que su propuesta establece que los panteones públicos estarán obligados a “prestar servicio gratuito de cremación”, principalmente a grupos vulnerables, como indigentes y personas en extrema pobreza; asimismo, los cementerios concesionados deberán otorgar el 10 por ciento de su superficie para inhumar a quienes carezcan de recursos para solventar ese tipo de gastos.
Con base en información de la Asociación de Propietarios de Funerarias y Embalsamadores del Distrito Federal, el legislador perredista dijo que el costo promedio de un servicio que incluye ataúd, velación, cremación y trámites ante las autoridades, oscila en los 7 mil 500 pesos; el precio de la urna varía conforme al material y acabados, pero las hay desde 700 pesos.
En cuento a los cementerios privados –informó Lobo Román-, los costos van desde los 70 mil pesos hasta los 180 mil. El paquete funerario incluye en lugares como Parque Memorial, abarca lote a perpetuidad hasta para cuatro gavetas, lápida, florero y mantenimiento, así como servicio de velación, embalsamado, capilla, cremación o inhumación. El precio del ataúd varía según su material y calidad.
Manifestó que la presente ley erradicará las “funerarias piratas”, es decir, las que operan en la clandestinidad y sin ningún tipo de control y orden. Dijo que se carece de un padrón oficial, pero estimó que existen cerca de 3 mil 500 funerarias formales, de las cuales el 50 por ciento ofrecen servicio sin cumplir los requisitos básicos que estipulan las leyes y normas.
El diputado del partido del sol azteca, adelantó que se busca eliminar el “reciclado de ataúdes”, mediante la obligación de introducir cajones sustentables, fáciles de degradar y con el fin de evitar enfermedades infectocontagiosas. La legislación prende ser estricta en el manejo de residuos resultado del embalsamiento, cuyos actores deberán sujetarse al certificado que les otorgue la Secretaría de Salud del Distrito Federal.
Adicionalmente, comentó que se incluyen “candados y sanciones” para combatir el tráfico de tejidos y órganos cadavéricos, en cuyo caso la autoridad administrativa deberá dar parte al Ministerio Público, cuando no haya autorización expresa del fallecido o familiar.
Dijo que su propuesta respetará en todo momento los funerales según las tradiciones, creencias y ritos religiosos con respeto a la libertad de culto. Agregó que los cadáveres no reclamados deberán incinerarse en un plazo perentorio, siempre y cuando no estén relacionados con una averiguación previa, no sin antes tomar muestras de tejidos para los efectos correspondientes.