*Así se fraguó el derrumbe bejaranista
La magnífica operación de Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda (NI), en la madrugada del sábado 4 de mayo catapultó la intención del profesor René Bejarano de la corriente de Izquierda Democrática Nacional (IDN) de continuar con el control de la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la ciudad de México.
A la sede de la Expo Reforma llegó Ortega y el presidente nacional de este instituto político, Jesús Zambrano, para “operar” quien sería la figura que tendría el control de bastión más importante de la izquierda en el país.
La falta de acuerdos en la nueva composición del Comité Ejecutivo Estatal del Sol Azteca llevó a los perredistas a elegir pasadas de las tres de la mañana la composición de las 13 carteras que integran al PRD DF, principalmente la Presidencia a cargo del ex jefe delegacional en Coyoacán, Raúl Flores, perteneciente al grupo de Alejandro Encinas, y el de la secretaria general, a cargo del ex jefe Delegacional en Azcapotzalco, Enrique Vargas.
En conjunto, los operadores del mandatario capitalino, Miguel Ángel Mancera y el propio Ortega sumaron a su acuerdo a las distintas corrientes (pequeñas o grandes) que en los últimos años han sido manipuladas por René Bejarano, quien empezó con buena estrella la instalación de la Sexta Legislatura en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en septiembre del 2012, y en donde también perdió el control de este órgano colegiado en la última sesión del pasado 30 de abril.
La operación en la ALDF también fue fina. La recomposición en las últimas semanas al universo de los diferentes grupos representados en el recinto de Donceles y Allende, que suman en total 34 legisladores del Partido de la Revolución Democrática, quedó en manos del grupo a fin a Miguel Ángel Mancera, quien logró que la todo poderosa corriente de IDN quedara diezmada con la salida de dos de sus integrantes: los diputados locales Carlos Hernández y Claudia Cortés.
Ambos se aliaron a la corriente oficial, es decir, los que respaldan al jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, en coordinación con el grupo que se hacía llamar originalmente MEC, por las siglas del ex jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard Causabón.
A este bloque se sumaron los asambleístas de Nueva Izquierda (NI), encabezados por el diputado Víctor Hugo Lobo Román, quien representa a siete legisladores del partido del sol azteca.
En total 20 son los diputados que se aliaron en contra de los 14 que lidera Bejarano Martínez a través de su alfil Arianna Montiel y su ineficaz cuñado Antonio Padierna Luna, hermano de la senadora Dolores Padierna Luna.
De hecho, el fracaso de la corriente bejaranista en el recinto legislativo no tiene a más responsables que a Montiel y a Padierna, pues menospreciaron, subestimaron y ningunearon a su antojo al presidente de la Comisión de Gobierno, el mancerista Manuel Granados, pues nunca se imaginaron que tuviera una carta bajo la manga que consistió en cooptar de entrada a los inconformes Carlos Hernández y Claudia Cortés, a quienes IDN no les cumplió varios acuerdos.
Asimismo, IDN es en gran parte también responsable del pésimo trabajo legislativo, toda vez que en solo tres días del periodo que acaba de finalizar aprobaron 47 dictámenes, de los cuales solo el de la eliminación del arraigo en la ciudad de México suscitó un tímido debate, y el resto fue aprobado por unanimidad.
Sin embargo, lo más grave ocurrió el último día, el martes 30 de abril, cuando los diputados locales aprobaron 19 dictámenes, de los cuales ninguno les fue presentado digitalmente. Ese día no hubo gaceta parlamentaria, lo cual quiere decir que los diputados aprobaron lo que nunca leyeron, salvo los integrantes de las comisiones dictaminadoras.
Ver para creer…
Los vigilantes del Sistema de Transporte Colectivo (STC) METRO confirmaron las denuncias que han hecho a esta Columna vendedores ambulantes y vagoneros por los operativos violatorios de los derecho humanos que cometen en su contra elementos de la Policía Auxiliar del DF, en las diversas estaciones de las 12 Líneas de este transporte.
Resulta que a la llegada del nuevo director general del STC, Joel Ortega, los policías mejor conocidos en el argot como “Los Rambos” o “Los Boinas”, que son ni más ni menos “escuadrones de vigilantes del Metro, ya sea Policía Auxiliar, incluso granaderos”, se han dedicado a detener mediante presuntos operativos “a cualquier persona que consideran ambulante o vagonero”.
Por cada detención se les cobran 4.50 pesos por “persona” y por cada operativo “agarran” entre 8 a 15 ambulantes por convoy, por estación en las todas las Líneas del METRO.
Esto podría parecer insignificante pero si le echa usted lápiz saque sus cuentas. Cada ambulante en el METRO puede ser “detenido” hasta 3 ocasiones al día.
A la cuarta es enviado al Juzgado Cívico, donde le deben entrar con una tarifa de 30 a 50 pesos por cada policía y de 100 a 150 pesos con cada juez cívico si es la cuarta vez es canalizado al Torito de manera inmediata.
Esto representa al menos mil 300 por ambulante o vagonero por “entre”, y una vez remitido tiene que pagar una multa de 20 días de salario mínimo “pagado a contra recibo”.
De acuerdo a información no oficial se estima que hay una población de vendedores ambulantes de 3 mil 800 a 4 mil en todo el STC, así que imagínese cuánto dinero se llevan por día, a la semana y al mes.
Esta situación pudo ser constatada personalmente, en la Estación Zapata de la Línea 12 del METRO, donde opera el Sistema de Vigilancia más importante de cámaras donde personal de seguridad amedrentó a personal de IZQ, cuando utilizaron un elevador para poner “aprueba” a los policías para ver su reacción y trato hacia los usuarios, quienes de inmediato acudieron a molestar a los reporteros que hacían su trabajo.
Lo que nos hace pensar es: “Los Policías Auxiliares, Los Rambos, Los Boinas y demás servidores públicos como los jefes de Estación se hacen de la vista gorda cuando realizan estos operativos -resguardándose en un reglamento interno del Metro, que data desde 1969-, porque ellos pueden ver todo lo que ocurre al interior; o la indicación viene de más arriba desde la Dirección General del STC o de la Gerencia del STC, a quien les están haciendo llegar esta lana.
Lamentablemente esto ocurre en todas las estaciones de las 12 Líneas del Metro incluyendo “La Dorada”, donde los vigilantes mal humorados por no alcanzar sus cuotas diarias se dedican a amedrentar a los usuarios del STC, sin importar, condición social, física o económica, sexo, edad, ni oficio y lo más increíble “son solapados” por los jefe de Estación, Patricia Estrada, Segundo Turno, y Elías Cruz Salcedo, Tercer Turno, como ocurrió con la policía que sobreprotegieron ante su falta de respeto a los reporteros que cumplían sus órdenes de trabajo.