La ley de Protección a los No Fumadores implementada en el Distrito Federal redujo el consumo per cápita de cigarros, indicador relacionado con una disminución en los ingresos en la red de servicios sanitarios del capital del país por padecimientos del corazón, informó la presidenta de la Red  México Sin Tabaco, María Sonia Meza Vargas.

“Tenemos estudios en coordinación con la Secretaría de Salud del Distrito Federal que indican que han disminuido alrededor de un 10 por ciento el ingreso a hospitales del Distrito Federal por eventos isquémicos de corazón, infarto al miocardio, relacionados con la disminución del consumo de tabaco”, detalló Meza Vargas.

Durante su participación en el primer foro sobre Atención Integral a Mujeres con Problemas de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Situación Vulnerable, Meza Vargas indicó que el problema del tabaquismo no debe ser minimizado, pues en muchas ocasiones se etiqueta como un vicio o un mal hábito, sin embargo, es una de las adicciones más difíciles de enfrentar. 

Explicó que la ley vigente en el Distrito Federal sienta un precedente, si bien no erradica el tabaquismo, reduce el espacio y tiempo de exposición de los fumadores a las sustancias dañinas contenidas en los cigarros.

Como parte de las medidas para combatir el uso de sustancias nocivas para la salud  destacó, la información, aspecto en el que reconoció el esfuerzo que hace el Instituto para la  Atención y Prevención de las Adicciones en la Ciudad de México (IAPA), que además reconoce al tabaquismo como una problema de salud que debe ser combatido con la misma dedicación que las otras adicciones.

Asimismo, indicó que la Ley de Protección No Fumadores del Distrito Federal contribuye en la reducción el número de cigarros que se consumen en espacios públicos, “si la gente tiene que salir fuma menos, no necesariamente hay menos fumadores pero sí menos consumo per cápita”.

En el tema de equidad abundó que es de vital importancia que los programas sociales enfocados a combatir el tabaquismo se aborden desde una perspectiva de género, ya que las consecuencias por la adicción tiene razones y repercusiones distintas respecto en mujeres y hombres, además está basada en los roles que desempeñan cada uno en la sociedad.

Meza Vargas destacó que el tratamiento es un proceso delimitado por la esfera sociocultural de las personas y es necesaria la participación de las instituciones, sin embargo,  también es un esfuerzo donde debe estar presente la familia con la formación de conductas saludables que promuevan la conciencia ciudadana.