Guillermo Pimentel B.
Porfirio Muñoz Ledo, Titular de la Coordinación General para la Reforma Política del Distrito Federal, compareció ante el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, para exponer y explicar los pormenores de la Reforma en cuestión.
Fueron ocho los posicionamiento por parte de los Grupos Parlamentarios que componen la Asamblea, o sea: PES, Coalición PT-PH y NA; MC, PVEM, PRI, PAN, PRD y Morena, y solo hubo connatos de debate o de discusión.
Muñoz Ledo –como viejo lobo de la política que es-, nunca perdió el estilo. Con aplomo respondió a todos los cuestionamientos lanzados por los diputados encargados de sus institutos políticos.
Nunca enfrento a los asambleístas, se mantuvo ecuánime, en ocasiones entusiasmado, pero nunca enfrentó. Sus respuestas fueron sumamente reflexionadas y echando por adelante su amplia experiencia como ex funcionario, como ex legislador y como politólogo.
Dio catedra, y solo lo inquietaron, por un momento, las participaciones del Partido Verde en voz del diputado Fernando Zárate Salgado, de Morena, por parte de los asambleístas José Alfonso Suárez del Real y de David Ricardo Cervantes, y del Partido Humanista, Luciano Jimeno Huanosta.
Muñoz Ledo, dijo que lo más importante –para él y para muchos-, es que la ciudadanía haga suya esta Carta Constitucional, que no sea un instrumento del poder, sino un instrumento de la gente.
Especificó que estamos en el final de un periodo, pero también en el comienzo de otro, y que hay por delante una inmensa tarea en que esta (VII) Asamblea Legislativa está llamada a tener un papel preponderante.
Señaló que habrán de realizar una inmensa, titánica, tarea que es la de la legislación secundaria, esto es, las leyes orgánicas y constitucionales, todo el andamiaje institucional de la Ciudad de México y su reorganización administrativa.
“Esta Constitución representaría y eso corresponde en mucho divulgarlo y convencer a los demás, a esta propia Asamblea Constituyente, representaría una mejoría sustantiva de los servicios públicos, la ampliación de las libertades civiles, la universalidad y exigibilidad de los derechos sociales, la descentralización del poder y la rendición de cuentas, la vigencia plena de la democracia en la Ciudad de México y la autonomía de decisión de sus ciudadanos”, expuso antes de la sesión de preguntas y respuestas.
Asimismo, resaltó que como dos poderes del mismo orden de gobierno, “tenemos creo, porque aquí existe la convicción y también en el Gobierno de la Ciudad, de apoyarnos mutuamente”.
Indicó que en caso de que Diputados federales y Senadores aprueben la reforma, habremos dado el primer gran paso de esta historia tan accidentada, la aprobación en el sentido descrito de la reforma del artículo 122 constitucional y correlativo.
Reforma Política del Distrito Federal debe desembocar en la redacción de una Constitución liberal: PVEM
En sus posicionamiento, el diputado del Verde Ecologista, Fernando Zárate Salgado, destacó que la Constitución de la Ciudad de México debe poner acento en lo social y no en los enjuagues del poder y que la reforma política del Distrito Federal debe desembocar en la redacción de una Constitución liberal que sea la base para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, que ponga énfasis en el desarrollo social y no en lo gubernamental.
Zárate Salgado cuestionó que “usted –Porfirio Muñoz Ledo- ni el Jefe de Gobierno defendieron la participación en el Congreso Constituyente de esta Asamblea Legislativa. Yo tengo dos presunciones: o que nos creen analfabetas políticos o que no nos tienen confianza para formar parte de este debate de la construcción de una nueva constitución y un nuevo pacto político social en el Distrito Federal”, expuso.
Advirtió que un acuerdo entre poderes para integrar el Congreso Constituyente sin la participación de los diputados de la ALDF implicará des legitimidad y poca credibilidad en el proceso. “La reforma política, dijo, es un proceso liliputiense que se pretende vender como Goliat”.
Enfatizó que la creación de la Constitución de la Ciudad de México debe enfatizar lo social y no lo gubernamental. El acento debe estar puesto en la ciudadanía, no en los enjuagues del poder. “No debe haber, por cierto, un diálogo entre dos personas”.
Consideró que el proceso de reforma política no ofrece, hasta ahora, mejoras a los ciudadanos en los servicios públicos, en el transporte público, en el combate a la corrupción imperante en las autoridades delegacionales y sobre todo ante la falsa economía y simulación que no genera mayor empleo ni mejores condiciones en la ciudad.
“Quisiera entender, y que quede registro en el Diario de los Debates, cuando se nos pregunte cuál fue la interpretación auténtica de esta reforma, cuál es la ideología detrás y cuáles son los resultados específicos que nos va a traer a los ciudadanos”, manifestó.
El cambalache partidario es una inmoralidad, una tragedia para los capitalinos: Morena.
Por su parte, el morenista, Suarez del Real, cuestionó en varias ocasiones a Muñoz Ledo: ¿Qué pasó con la iniciativa presentada en 1988 por la izquierda que recuperaba la designación del Estado de Anáhuac impulsada desde la época de la independencia para el territorio en donde se ubica la capital de la República?
¿Qué pasó con todo el trabajo que como sociedad civil bajo el lema “Derechos plenos, Capital soberana” se presentó al Senado de la República? ¿Qué pasó con el predictamen que consideró, en su artículo séptimo transitorio que los integrantes de esta VII Legislatura asumiríamos la calidad de constituyentes en 2016?
¿Por qué el Distrito Federal sigue viviendo bajo las tutelas de los Estados y del Gobierno como se lamentó el constituyente José María del Castillo en 1856?
Argumento que el cambalache partidario es una inmoralidad, una tragedia para los capitalinos.
Nos inquieta, agregó, que la ciudad de México que concibe el dictamen de la Reforma Política que nos ocupa, sea en realidad una estrategia mercadotécnica de fortalecimiento de la Ciudad marca, tridializadora, visual, cromática que, al tiempo centraliza, fusiona y elimina al resto de ex-municipios y poblaciones históricas que conforman el territorio designado desde 1824 como Distrito Federal.
“Esta Ciudad-marca pretende mimetizar la historia municipalista de la capital del país para mantener la moda de siglas operativas que desdibujan a la Ciudad como escenario de derechos, garantías y libertades de sus habitantes y que por desgracia la transforman en destino y nicho de negocios”, apostilló.
Suarez del Real, le dijo a Muñoz Ledo: “Como Usted afirmo en 2013 "a ocurrido una coagulación oligárquica, reparto de influencias y prebendas entre las cúpulas partidarias, sujeción de las instituciones políticas a los intereses económicos y los imperios mediáticos, resurgimiento de las jefaturas feudales y la derrota inocultable del Estado frente a la delincuencia, en pocas palabras para morena la anhelada Reforma Política del Distrito Federal, nos ha sido secuestrada. Apoyemos a liberarla”, remató.
Nuevas reglas políticas, impiden, presidencialismo, mayorías ficticias y caudillos en el distrito federal: Partido Humanista
En su intervención, el diputado, Luciano Jimeno Huanosta, del Partido Humanista, consideró que la Reforma Política del Distrito Federal debe garantizar gobernabilidad democrática, sin presidencialismo, mayorías ficticias y más instituciones que caudillos.
Ante Porfirio Muñoz Ledo, comisionado representante del gobierno de la ciudad para dicha reforma, el legislador Humanista aseguró que con el constituyente de la ciudad de México, “haremos, lo que el Congreso Federal, no ha podido o no ha querido, una ciudad que respete el pluralismo ideológico y termine con la sobrerrepresentación”.
Por ello, exhortó a construir un régimen político de largo alcance para no mantener con el ciclo sexenal de sólo renovar esperanzas, sin solucionar los temas de fondo en la capital del país.
Al lamentar el error de excluir al partido Humanista en la conformación del Constituyente y exhortar a respetar las facultades del Instituto Electoral del Distrito Federal, Jimeno Huanosta, demandó reconocer, sin exclusión, a las primeras minorías.
No puede entenderse una ciudad de derechos como políticas de asistencia social, que impulsan la disminución de la desigualdad y exclusión social, subrayó.
Jimeno Huanosta, precisó que un sistema mixto de representación, incentiva más la confrontación que la colaboración y crea un nuevo régimen político más presidencialista que parlamentario.
Destacó que el impulso de nuevas reglas impedirá, sin embargo, las mayorías ficticias y promoverá un nuevo arreglo institucional para que las minorías se conviertan en una mayoría gobernante.
Se trata, agregó, de pactar nuevas reglas electorales, donde todas las fuerzas políticas tengan piso único de arranque, sin más ventajas que la capacidad y propuestas de sus candidatos y candidatos.