Esta semana es de definiciones para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), porque aunque líderes de algunas corrientes se nieguen a aceptarlo, la sustitución de las cabezas en varios órganos de dirección de este instituto político incidirá en las negociaciones que hacen las tribus al interior del Sol Azteca.
Los que tienen menos que jugar a nivel nacional son sin dudas los diputados electos de la corriente “Progresista”, afines al todavía jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y de su pupilo y mandatario electo, Miguel Ángel Mancera.
Desde la ciudad de México pretenden pelearle a Nueva Izquierda (Chuchos) e Izquierda Democrática Nacional (Bejaranos), el liderazgo en el Senado de la República, Cámara de Diputados y Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Al traspié de Mancera de pronunciarse apartidista y sin necesidad de afiliarse al PRD, pero sobre todo de tener que deberles a las tribus perredistas su llegada a la Jefatura de Gobierno local, que incluso le costó la chamba al propio jefe de prensa, René Hernández, hay que sumarle la “equivocación” del que fuera su ex coordinador de asesores en la Procuraduría capitalina, Manuel Granados, quien negoció primero con la oposición, María de los Ángeles Moreno y Federico Doring, todavía senadores, la presidencia de la Comisión de Gobierno de la ALDF.
Pese al cúmulo de errores, ya sea por ignorancia o desconocimiento de las negociaciones políticas, esta semana la minúscula representación de siete diputados locales pretende apoderarse de la Comisión de Gobierno de la ALDF, y se pronunciaron a favor del liderazgo de Granados bajo el argumento de hacer el 1 y 2 en la Administración del Distrito Federal.
Pero lo que llama la atención, es que los legisladores se adelantaron a respaldar públicamente al delfín de Mancera, cuando todavía están en proceso las negociaciones en el PRD, y sin tomar en cuenta que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal es el Poder Legislativo de la ciudad de México, no un apéndice del Gobierno capitalino.
Sumado a ese escenario, los diputados progresistas no han querido reconocer que la corriente que tiene el sartén por el mango es IDN, no sólo es la segunda fuerza a nivel nacional, sino la primera en el Distrito Federal, le guste a Marcelo Ebrard o no, con 15 legisladores locales, por sí solo son mayoría, solo bastaría aliarse con alguna de las corrientes para apoderarse de esa importante posición donde se vislumbra a Antonio Padierna, como su coordinador, primero por su experiencia legislativa y segundo porque se ha manejado con cautela, sabedor del peso político que ostenta, además del indiscutible apoyo de René Bejarano Martínez.