Quinto comunicado contra Mancera
Quinto comunicado del Comité Promotor del Frente Amplio No Partidista en contra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y otros megaproyectos en la Cuenca del Valle de México.
La desaparición del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, aprobada por Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera Espinosa sin consultar a los habitantes de la Ciudad de México –las decisiones deben ser tomadas por los afectados- significaría un enorme despilfarro de recursos públicos y una clara señal de corrupción y mala administración pública.
En este aeropuerto hay decenas de miles de millones de pesos invertidos a lo largo de los últimos diez años y decenas de miles de personas podrían perder sus ingresos por su eliminación.
Todo ello se puede perder. Ha costado mucho dinero hacerlo operar como hoy opera: hay activos ocultos de gran valor. Hacer operativo un Nuevo Aeropuerto puede costar en los próximos años hasta diez veces más de lo que ha costado hacer operativo el actual Aeropuerto, un riesgo que no considera el presupuesto del Nuevo Aeropuerto.
Un país que tiene al 20% de su población en pobreza extrema, al 60% en la pobreza y un endeudamiento tan elevado (80% de los ingresos públicos se destinan al pago de deudas), no puede darse el lujo de tirar a la basura cientos de miles de millones de pesos que costarían la eliminación del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México y la gran cantidad de gastos e inversiones ocultas, no consideradas en el presupuesto del Nuevo Aeropuerto, necesarias para hacer operativo un Nuevo Aeropuerto.
Desde luego, el costo social, ecológico y cultural de este Nuevo Aeropuerto es incalculable: la destrucción del suelo del Lago de Texcoco y el régimen de aguas, la temperatura, la biodiversidad y el clima de la Cuenca del Valle de México no tienen precio, así como tampoco lo tienen el patrimonio histórico y la salud de varias generaciones de habitantes de esta Cuenca. La conmoción ecológica, social y cultural provocada por la construcción del Nuevo Aeropuerto tiene costos inconmensurables.
Además, no hay justificación alguna para construir un Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, si se considera la gran incertidumbre que hay sobre la economía, las finanzas y la paz en el mundo; sobre los precios mundiales del petróleo en los próximos años y el desastre climático.
No hay entidades capaces de predecir siquiera pasablemente el PIB de México del próximo año, menos las hay para predecir con cierta seguridad los precios del petróleo o el comportamiento de la economía mundial en un lustro o en una década.
Desde la crisis financiera de 2008 se ha vuelto imposible hacer proyecciones económicas o financieras a más de unos meses. Solo con cifras muy manipuladas se puede justificar la construcción de un Nuevo Aeropuerto tan riesgoso e innecesario como el que nos quiere imponer Peña Nieto, para realizar grandes negocios privados.
La evidente sumisión de Miguel Ángel Mancera Espinosa y gobiernos estatales frente a los destructivos proyectos de Peña Nieto, como el Nuevo Aeropuerto, el Tren Interurbano México-Toluca, el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el Puente Hueyatlaco (Cuajimalpa-Huixquilucan), el Arco sur y otros en los estados de México e Hidalgo, como las carreteras de cuota concesionadas (autopistas Toluca-Naucalpan y México-Tuxpan), gasoductos, unidades habitacionales, centros comerciales, gigantescos basureros, incineradoras, empresas altamente contaminantes y hasta un centro de almacenamiento de desechos radioactivos (tiradero nuclear), conllevan el despojo de espacios públicos, de tierras comunales y ejidales y la privatización del agua y colocan a los habitantes del Distrito Federal y la Zona Metropolitana del Valle de México en una gran indefensión.
Los impactos destructivos de estos megaproyectos sobre la Ciudad de México y los estados de la Región Centro del país serán enormes.
Resulta indignante la campaña emprendida por el Secretario de Desarrollo Económico del D.F. Salomón Chertorisky, para dar un nuevo uso al Aeropuerto Internacional Benito Juárez, con el fin de facilitar la construcción del Nuevo Aeropuerto que nos impone Peña Nieto en contubernio con los gobiernos estatales y municipales, así como de empresas trasnacionales.
Es indispensable denunciar y detener esta malvada maniobra gubernamental y empresarial que puede traer consecuencias catastróficas irreversibles para el equilibrio urbano, social, económico, político y cultural de los pueblos, ejidos, barrios y colonias de la Cuenca del Valle de México.