Rastros y establecimientos de venta de carne de res que no cumplen con los requisitos sanitarios, se han convertido en un peligro de salud pública, pues contaminan agua y medio ambiente a los ojos de todos por incapacidad oficial.

Por ejemplo, en las delegaciones Venustiano Carranza y Azcapotzalco, se han detectado rastros que violan la Ley de Residuos, y en Iztacalco, en la zona de San Juan, también la higiene es un problema constante y con el peligro de salud pública.

En tanto, a través de un comunicado de prensa, Samuel Rodríguez Torres, dirigente del Partido Verde en el DF, demandó a los delegados de Venustiano Carranza, Azcapotzalco, y a las secretarías de Salud y de Protección Civil del gobierno capitalino, que implementen operativos de vigilancia en las zonas de sacrificio de reses y caballos conocidas como rastros, debido a que la matanza y manejo de mucha de esa carne para consumo humano está fuera de control.

“Desde los encargados de la matanza hasta los comerciantes de  venta de carne y sus derivados tiran en el drenaje o en plena calle los desechos de sangre, grasa y otros residuos de los animales”, aseguró.

Destacó que no obstante de que la Ley de Residuos Sólidos del DF prohíbe claramente tirar cualquier residuo animal en las coladeras, en las zonas de obradores rehúyen por completo el mandato, generando mucha contaminación para los clientes y para los vecinos de las colonias.

Los más conocidos son el “rastro viejo”, ubicado en la colonia Rastro Popular y el de Ferrería, en Azcapotzalco en donde se maneja con poca higiene la carne y subproductos que serán consumidos por los capitalinos.

Dijo que al caminar por esas zonas se observa a simple vista en banquetas y coladeras, la sangre y grasa animal embarrada y pisada por todas las personas que acuden a comprar este tipo de alimento al lugar.

“Las autoridades deben ocuparse de resolver ese problema de manejo de sangre y vísceras sin propiciar una contaminación del medio ambiente y evitando que taponen el drenaje de desechos, que acarrearía un gran potencial de riesgo para la salud ciudadana y de medio ambiente citadino”, indicó.