Por Guillermo Pimentel Balderas
El diputado local y vocero del Grupo Parlamentario del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, conminó a la Comisión de Gobierno de la ALDF a suscribir una carta invitando a la presidenta de la Comisión del Distrito Federal del Senado, la priista María de los Ángeles Moreno, para que asuma el compromiso de sacar cuanto antes la Reforma Política del Distrito Federal en un periodo extraordinario pasadas las elecciones constitucionales del 1 de julio, ya que es fundamental para la vida democrática de la capital del país.
Convocó al PRI, particularmente a la senadora María de los Ángeles Moreno, a no partidizar este tema fundamental para la democracia en la Ciudad de México, por lo que lo urgió a aprobar dicha reforma, cuya iniciativa se encuentra en el Senado desde el 2010.
De no acceder, puntualizó, la priista tiene que explicar de manera pública por qué después de más de año y medio de que se le entregó la propuesta consensuada entre las principales fuerzas políticas del DF no ha tenido ningún curso ni trámite ni mucho menos voluntad de dictaminarlo y aprobarlo.
Mencionó que París, Londres y Washington, por citar algunos ejemplos, son capitales que elijen a sus alcaldes, que tienen estructuras similares a los municipios y cuentan con Cabildos que funcionan dentro del margen de la autonomía prevista en las leyes, situación que no ocasiona más conflictos que los que se presentan normalmente en democracias abiertas y competitivas y que lo único que hacen es mejorar la gestión de la ciudad.
Advirtió que la LXI Legislatura del Senado de la República no concluye el 30 de abril, sino hasta agosto próximo, por lo cual hizo un llamado a este órgano legislativo a aprobar la Reforma en cuestión en un periodo extraordinario.
Sostuvo que de no aprobarse en esta legislatura, la Reforma Política del Distrito Federal, cuyo fundamento es modificar el artículo 122 constitucional, se corre el riesgo de que se vaya al túnel del tiempo o la congeladora, por otros nueve años, cuando hubo consenso en la ALDF, en la Cámara de Diputados, pero se detuvo en el Sanado de la República.
Opinó que la postura de la senadora priista obedece al interés particular del PRI, toda vez que tiene el “sueño guajiro” de que alguna vez ganará la Jefatura de Gobierno en el Distrito Federal, cosa que se ve muy lejana, y entonces sí realizar la reforma.
Al respecto, convocó a los priistas a que dejen de lado sus intereses partidistas y pongan por encima el interés general de la ciudadanía de la capital, de tal manera que no ponga más pretextos para que los capitalinos tengan una constitución propia, la autonomía en la aprobación de su techo de endeudamiento, entre otras facultades.
Rechazó que dados los tiempos legislativos pudiera darse una reforma al vapor, toda vez que esta demanda de los habitantes de la Ciudad de México tiene años discutiéndose y consensuándose tanto entre las diferentes fuerzas políticas de la capital como entre organizaciones de la sociedad civil.
Lo anterior, abundó, siempre con la mira puesta a ampliar la autonomía y los espacios de decisión de los ciudadanos en el Distrito Federal, por lo cual si es necesario y hay voluntad política del PRI podría convocarse a un periodo extraordinario.
Solicitó a la senadora María de los Ángeles Moreno reconocer que actualmente la dinámica de la capital ha rebasado el arreglo territorial y la configuración política vigente, de tal manera que resulta incuestionable que ya son insuficientes para satisfacer las aspiraciones de la sociedad.
Reconoció que son muchos los enfoques de opiniones respecto a este tema, pero son más las coincidencias y los puntos en común que deben aprovecharse para lograr la Reforma Política del Distrito Federal.
Urgió a consolidar los consensos necesarios para equiparar el sistema político del DF, al de otras ciudades del mundo, donde hace tiempo ya se superó la idea de la incompatibilidad de los poderes locales, frente a los federales.
Reiteró que de ser posible el Senado debe aprobarla en este último periodo ordinario de la actual Legislatura, para lo cual subirá un punto de acuerdo ante el pleno de la ALDF haciendo el llamado a la Cámara Alta, pero, insistió, de no haber manera, aún queda tiempo para convocar a un periodo extraordinario pasadas las elecciones presidenciales de julio próximo.